El jefe del gobierno israelí manifestó esta posición ante el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento, por primera vez desde que asumiera su cargo en junio, coincidiendo con la celebración de conversaciones en Viena, Austria, acerca del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní.
“Respecto a las negociaciones en Viena, estamos muy inquietos y para mí es importante decir aquí claramente que Israel no es parte del mismo, y no se verá obligado por lo que esté escrito en tal acuerdo, y que nuestro país mantendrá su plena libertad de actuar en cualquier lugar y momento, sin limitaciones”, subrayó.
Las negociaciones para intentar salvar el acuerdo de 2015, que supuestamente evitaría que Irán desarrolle el arma atómica, se reanudaron a fines de noviembre en Viena --tras una pausa de cinco meses-- entre Teherán y los países que aún forman parte del pacto (Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China). Estados Unidos participa en forma indirecta a través de sus aliados europeos.
Said Khatibzadé, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, destacó este lunes que el clima optimista respecto a las conversaciones actuales, deriva del deseo de todos los negociadores de llegar a un “acuerdo fiable y estable” sobre la energía nuclear. El objetivo de estas conversaciones es hacer regresar de nuevo a Estados Unidos al pacto y garantizar que la República islámica de Irán renueve sus compromisos, de los que se fue alejando tras la salida de los estadounidenses en 2018 y el restablecimiento de sanciones en su contra, bajo la administración Trump.
Pero, Israel, considerada la única potencia nuclear de Oriente Medio, teme que Irán, su archienemigo, se convierta en breve en un país ubicado en el “umbral nuclear”, o sea, que disponga de suficiente material fisionable como para desarrollar una bomba atómica.