Joe Biden asumió este miércoles como el nuevo presidente de Estados Unidos, en una ceremonia que tuvo invitados especiales, como la cantante pop Lady Gaga interpretando el himno. En su primer paquete de medidas, el demócrata atacará al corazón del legado político de su predecesor, Donald Trump, firmando una serie de acciones ejecutivas para revertir sus decretos sobre inmigración, cambio climático y gestión de la pandemia.
Biden pondrá fin a la construcción del muro fronterizo de Trump, eliminará la prohibición de viajar desde algunos países de mayoría musulmana, regresará al Acuerdo del Clima de París y a la Organización Mundial de la Salud, y revocará la aprobación del oleoducto Keystone XL, dijeron sus asesores el martes.
Las 15 acciones ejecutivas son un intento de rebobinar cuatro años de políticas federales a gran velocidad. Solo dos presidentes recientes firmaron acciones ejecutivas en su primer día en la Oficina Oval, y una en cada caso. Pero Biden, que se enfrenta a la debilitante pandemia del coronavirus, busca mostrar un sentido de urgencia y competencia que, según alega, faltaba con su predecesor.
Aunque a último minuto le deseó buena suerte a su sucesor en un mensaje de video, Trump nunca lo felicitó y, en un hecho sin precedentes en 150 años, faltó a su ceremonia de investidura en Washington ya que partió a Florida horas antes.
Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton estuvieron, en cambio, en primera fila de ese momento bisagra de la democracia estadounidense. Hubo un impresionante despliegue de seguridad que ha tornado irreconocible a la capital federal.
La jornada quedará inscrita en los libros de historia, en particular por el ascenso, por primera vez, de una mujer a la vicepresidencia de la primera potencia mundial. Kamala Harris, de 56 años, será también la primera persona negra, y de origen indio, en ocupar esa posición.
La crisis, una oportunidad del liderazgo para Joe Biden
En el final de un mandato marcado por una avalancha de escándalos y dos “impeachments”, Donald Trump dejó el poder en su nivel más bajo de popularidad, abandonado por una parte de su bando horrorizado por los hechos de violencia en el Capitolio el 6 de enero, de los cuales lo acusan de incitar.
Luego de una breve ceremonia en la base militar Andrews, en las afueras de Washington, el magnate abordó por última vez el Air Force One para ir a su club de golf Mar a Lago, en Florida, donde comenzará su vida de expresidente.
En una de sus últimas decisiones en el cargo, Donald Trump otorgó el martes un amparo de deportación por 18 meses (DED) a los venezolanos que se encuentren actualmente en territorio estadounidense afectados por “la situación de deterioro” provocada por el “gobierno autocrático” de Caracas.
También indultó a 73 personas, entre ellas a su exconsejero Steve Bannon, aunque la lista no incluye a Trump ni ninguno de sus hijos, derrumbando las especulaciones ventiladas en los últimos días por medios estadounidenses.
Joe Biden, que llega al poder con 78 años tras medio siglo en política, buscar marcar desde el primer día el contraste, tanto en la forma como en el fondo, con el ex empresario neoyorquino de bienes raíces.
La noche del martes, poco después de su llegada a Washington, rindió homenaje, en una ceremonia solemne”, a las víctimas del Covid-19, en un visible contraste con Donald Trump que durante meses intentó minimizar el impacto de una pandemia que ha arrebatado más de 400.000 vidas estadounidenses.
”A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, indicó Biden en un breve y sombrío discurso ante el imponente monumento a Abraham Lincoln.
Acompañado de su esposa Jill, y de Harris, la ex mano derecha de Barack Obama luego permaneció de pie, mientras sonaba la canción “Hallelujah” de Leonard Cohen, ante 400 velas iluminadas alrededor del estanque rectangular en el que se reflejaba el icónico obelisco de la ciudad, un monumento a George Washington.