El Gobierno ucraniano y las milicias separatistas prorrusas apoyados por Moscú se acusaron mutuamente de violar el régimen de alto el fuego en el este de Ucrania, donde se enfrentan desde hace casi ocho años en un conflicto que se ha cobrado más de 14.000 vidas. En Bruselas, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, resaltó su preocupación “por el aumento de los combates”.
El alto el fuego en el Donbás se lleva incumpliendo desde que se instauró en 2015 con menores o mayores incidentes, que recoge cada día la Misión Especial de Supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, informó al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, del bombardeo provocativo perpetrado por los separatistas prorrusos que afectó a un jardín de infancia y una escuela, en el este del país.
El jefe del Estado habló por teléfono con Michel, a quien agradeció la iniciativa de convocar una conferencia de donantes en apoyo de Ucrania, desde la ciudad de Mariúpol, a orillas del mar de Azov y pocos kilómetros de la línea de separación de fuerzas en la zona del conflicto. “El bombardeo de un jardín infantil por las fuerzas prorrusas es una gran provocación”, escribió en Twitter Zelenski, que recalcó la importancia de que los diplomáticos y la Organización para la Seguridad y Cooperación Europa permanezcan en Ucrania, ya que su labor es un factor adicional de disuasión.
“Es un día intranquilo en el frente. Los ataques de artillería han causado heridos entre militares y civiles y ocasionado daños en la infraestructura”, informó el jefe de la administración cívico-militar de la región de Donetsk controlada por Kiev, Pável Kirilenko.
Según Kirilenko, en Mariinka una escuela fue alcanzada por la metralla, lo cual obligó a los escolares a guarecerse en un refugio y una mujer de 65 años resultó herida, mientras que en Avdéevka resultó herido un militar. También se reportaron daños en un jardín infantil, sin que hubiese víctimas. Además, el ataque dañó el servicio eléctrico en Krasnogolovka, Taramchuk, Stepnoye y Sládkoye.
A pesar de estas acusaciones cruzadas, fuentes de servicios de inteligencia locales indican que se trataría de un atentado de “falsa bandera” organizado por la OTAN, que quiere sumar a Ucrania para avanzar sobre el bloque asiático, en disputa con Rusia y China por los recursos petrolíferos de la región, entre varios otros intereses. La construcción del gasoducto Nord Stream 2, entre Alemania y Rusia, es otro punto clave del conflicto.