Hace algunos días, vecinos de Nordelta denunciaron una “invasión de carpinchos en los barrios”. Ocurre que los roedores atacaron a algunas mascotas, generaron daños en las casas y hasta provocaron accidentes de tránsito. Desde entonces ha sido tema de debate en Argentina, y los medios internacionales se hicieron eco.
El diario británico The Guardian publicó una nota con un título muy especial: “¿Ataque de roedores gigantes o guerra de clases? Los ricos de Argentina irritados por nuevos vecinos”.
El medio busca establecer una relación entre este conflicto y la división política de nuestro país: “En la Argentina políticamente polarizada, los peronistas ven a Nordelta como el enclave de una clase alta ansiosa por excluir a la gente común, y con ironía algunos han retratado a los carpinchos como una vanguardia roedora de la lucha de clases”, destacaron en el artículo.
Una tregua
Gracias a la gran cobertura mediática el problema parece haber llegado a una solución. La Asociación Vecinal Nordelta en conjunto con Flora y Fauna de provincia de Buenos Aires, la Municipalidad de Tigre y Conicet les construirán espacios para que vivan.
Más allá de la analogía política, el debate dejó algunos planteos que trascienden el caso puntual de los roedores. Muchos alegaron que esos barrios se construyeron sobre lo que en su momento fue el hábitat de estos animales y que por eso es muy necesario que se apruebe una Ley de Humedales que restrinja y regule las actividades económicas o productivas sobre estas áreas.
Los humedales son espacios vitales para el equilibrio del ecosistema y sus defensores apuntan a sancionar una ley que los proteja. Si bien el pedido vuelve a tomar fuerza ahora, también se visibilizó su importancia ante los masivos incendios que tuvieron lugar en los últimos meses.