El gobierno de Daniel Ortega intensificó su represión en Nicaragua contra disidentes durante el último año, según un informe difundido este martes por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. El documento detalla un incremento en los arrestos arbitrarios, persecuciones y casos de tortura en las prisiones, dirigidos tanto a individuos con opiniones contrarias al régimen como a organizaciones independientes de la sociedad civil.
El informe señala que hasta mayo de este año, 131 personas consideradas opositoras estaban detenidas arbitrariamente, 54 más que el año anterior. Entre junio y julio, se registraron diez nuevas detenciones arbitrarias.
“Las autoridades continúan persiguiendo a cualquier persona u organización que actúe de forma independiente o que no esté bajo su control directo”, declaró Thameen Al-Kheetan, portavoz de derechos humanos de la ONU, durante una rueda de prensa.
Además de los arrestos, el informe documenta 12 casos de tortura y malos tratos en detención, incluyendo siete casos de violación, abuso sexual y descargas eléctricas, y tres denuncias de estrangulamiento de testículos.
La ONU también expresó su preocupación por un proyecto de ley en Nicarargua que permitiría procesar a personas en el extranjero por delitos como lavado de dinero, terrorismo y cibercriminalidad. “Si esta ley se adopta se criminalizará más la disidencia, incluso en el caso de los que están exiliados y que enfrentan grandes dificultades, como el estar completamente desconectados de sus familias o no poder regresar a su país porque se les ha retirado la nacionalidad”, explicó al respecto Al-Kheetan.
“Muchos deben reconstruir sus vidas en el exilio en medio de un estrés psicológico y todo tipo de problemas, y tememos que esta ley agrave su situación”, concluyó.