El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, pidió ayer a los gobiernos de los países vecinos de Ucrania que “mantengan sus fronteras abiertas” para aquellas personas que buscan “seguridad y protección” ante el recrudecimiento del conflicto. “Ya hemos visto informes sobre víctimas y personas que empiezan a huir de sus hogares buscando seguridad”, advirtió Grandi, antes de pedir protección para las vidas de los civiles y las infraestructuras civiles, de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario.
La agencia de la ONU traslada así su “preocupación” por el “rápido deterioro” de la situación y por las acciones militares que tienen lugar en Ucrania y pone el foco en las consecuencias humanitarias para la población civil, que serán “devastadoras”. “En la guerra no hay vencedores, sino incontables vidas que quedarán destrozadas”, alertó.
Grandi, que se declaró “dispuesto” a apoyar los “esfuerzos” para responder a cualquier situación de desplazamiento forzado, detalló que ya ha intensificado sus operaciones y reforzado su capacidad en Ucrania y los países limítrofes. En este sentido, especificó que trabaja con las autoridades, Naciones Unidas y otros socios en Ucrania y ya se ha preparado para “proporcionar asistencia humanitaria siempre que sea necesario y que sea posible”.
Al respecto, varios países de la Unión Europea (UE) han iniciado ya la preparación de planes específicos para hacer frente a la crisis, según manifestó ayer la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson. “Unidos junto a la población de Ucrania”, dejó escrito la socialista sueca en un breve mensaje difundido en redes.