En los controles policiales, los agentes suelen encontrarse con un sinfín de excusas por parte de los conductores para no someterse a alcoholemias o para evitar presentar documentación personal vencida. Pero las estrategias de quienes son retenidos en la ruta suelen acomodarse a los tiempos que corren.
Así fue como un hombre en total estado de ebriedad que había sido frenado en un puesto terminó dando la argumentación más insólita para evitar que la policía le secuestre su auto. El hecho ocurrió en la localidad de Coroico, a 97 kilómetros de La Paz, Bolivia, cuando un grupo de uniformados frenó la marcha de un vehículo.
Los efectivos procedieron a solicitarle la documentación personal y del rodado, cuando advirtieron un fuerte olor a alcohol y actitudes erráticas sobre quien estaba al volante. En el interior del auto había dos personas más: una mujer y un menor.
No obstante, el conductor se negó a descender del auto. Y dio respuestas evasivas para identificarse, cuando los oficiales comenzaron a interrogarlo.
Ante esta situación, uno de los efectivos le preguntó de dónde venía y el sujeto respondió sin inmutarse: “De Ucrania. He venido de la guerra”.
El momento fue captado por un periodista de la cadena local Red Yungas, que se encontraba en la locación.
Los uniformados reiteraron el pedido para que bajara el auto en reiteradas oportunidades, hasta que uno de ellos lo sujetó con fuerza del brazo para quitarlo del volante.
“Mire esta falta de respeto”, gritó el hombre, mientras el oficial mantenía la presión para facilitar que descendiera.
La Policía local secuestró el auto y le labró una multa al hombre por conducir en estado de ebriedad, según consignó la prensa local.
