La presidenta peruana Dina Boluarte enfrentó acusaciones sobre la posesión de costosas joyas, especialmente tres relojes Rolex, que ha desmentido diciendo que fueron prestados por un amigo cercano. Negó que se tratara de cualquier hecho de corrupción.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha salido al frente de las acusaciones que la vinculan con presuntos actos de corrupción, particularmente relacionados con el uso de relojes Rolex y joyas de alto valor. En una declaración emitida el viernes tras rendir testimonio ante la fiscalía durante casi cinco horas, Boluarte desmintió categóricamente las acusaciones y afirmó que los Rolex que ha usado en eventos públicos fueron prestados por un amigo cercano.
La mandataria admitió tener un reloj de la mencionada marca, el cual mostró durante una conferencia de prensa para desmentir las afirmaciones sobre la posesión de múltiples Rolex de su propiedad. Según Boluarte, este reloj fue adquirido hace más de dos años en Davos. Asimismo, negó poseer una valiosa pulsera Cartier, alegando que las joyas que utiliza son de “bisutería fina”.
La polémica se desató luego de que se hiciera público que Boluarte poseía tres relojes Rolex, entre otras joyas costosas, lo que generó críticas de la oposición y la renuncia de algunos ministros. La mandataria explicó que los Rolex fueron prestados por su amigo Wilfredo Oscorima, presidente de la región Ayacucho, y aseguró que ya los ha devuelto.
Oscorima, quien también fue llamado a declarar como testigo en el caso, se excusó de declarar ante la fiscalía. Anteriormente, había afirmado en una entrevista televisiva haber adquirido un Rolex con características similares al que Boluarte había usado en público.
Boluarte manifestó su descontento con la investigación de la fiscalía, calificándola de poco seria y sugiriendo que está influenciada por “publicaciones tendenciosas”. A pesar de los allanamientos realizados en su vivienda y su oficina en el Palacio de Gobierno en busca de evidencias, la mandataria ha rechazado rotundamente cualquier implicación en actos de corrupción.
El jueves, Boluarte evitó un proceso de destitución en el Congreso, que rechazó dos mociones para iniciar un juicio político en su contra. La mandataria logró el respaldo de una amplia mayoría de legisladores, principalmente de tendencia conservadora y de derecha, quienes argumentaron que su destitución podría desencadenar una crisis mayor en el país.