El estreptococo A, conocido también como síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS), está generando gran preocupación en Japón debido al rápido aumento de casos registrados en los últimos meses.
Este tipo de infección bacteriana, que ya se había manifestado en Europa en 2022, se ha expandido rápidamente por el territorio japonés, ocasionando alarma en la población.
Según informes recientes, Japón experimentó un incremento significativo en el número de casos de estreptococo A durante los primeros dos meses del año, alcanzando la cifra de 328 casos confirmados.
Esta situación contrasta con los 943 casos registrados en todo el año 2023. La aparición repentina de la enfermedad en varias regiones del país ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias.
A pesar de que se trata de cepas virulentas e infecciosas, los expertos señalan que el índice de mortalidad es bajo, afectando solo al 1% de los casos.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas japonés (NIID) reporta una tasa de mortalidad del 30% entre los pacientes que desarrollan el síndrome de shock tóxico estreptocócico.
El STSS es causado principalmente por bacterias del tipo Streptococcus pyogenes o Staphylococcus aureus, aunque también pueden estar involucrados otros patógenos.
Esta infección bacteriana puede evolucionar rápidamente, causando complicaciones graves como baja presión arterial, insuficiencia multiorgánica e incluso la muerte.
Por qué le llaman “la bacteria carnívora” al estreptococo A
En casos extremos, puede provocar necrosis de los tejidos, lo que ha llevado a que se la conozca popularmente como la “enfermedad carnívora”.
Los síntomas de la infección pueden variar desde cuadros leves, como amigdalitis o escarlatina, hasta manifestaciones más graves como neumonía, fascitis necrotizante o meningitis.
Los pacientes suelen presentar fiebre persistente, somnolencia, alteraciones en el nivel de consciencia y coloración azulada en las palmas de las manos y los pies. El tratamiento suele incluir el uso de antibióticos para combatir la infección.
La transmisión del estreptococo A ocurre principalmente a través del contacto directo, como al hablar, toser o estornudar.
También puede ingresar al organismo a través de cortes en la piel o membranas mucosas, como las del interior de la nariz o la garganta. Para prevenir el contagio, se recomienda evitar el contacto con personas infectadas y mantener una adecuada higiene de manos.
Además de Japón, otros países como el Reino Unido han enfrentado brotes de esta infección en años anteriores. En 2022, se reportaron aumentos de casos en países como Francia, Irlanda, los Países Bajos, Suecia y Reino Unido e Irlanda del Norte, especialmente entre niños menores de 10 años.