Además de Porto de Galinhas, localizado en el municipio de Ipojuca, región metropolitana de Recife —la capital de Pernambuco—, otras ciudades del árido noreste como Jardim de Piranhas, en Río Grande do Norte, y 92 en el estado de Ceará se mantienen este domingo en alerta por las lluvias de este fin de semana.
El Papa Francisco oró este domingo en el Vaticano por los damnificados de las recientes inundaciones en varios estados de Brasil, tras el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro. “Expreso mi cercanía por las personas afectadas por las fuertes lluvias en varias regiones de Brasil en las últimas semanas”, dijo el Papa tras rezar el ángelus dominical asomado a la Plaza de San Pedro. Francisco ofreció sus oraciones “sobre todo por las víctimas, sus familiares y por todos los que han perdido su casa” y pidió que “Dios apoye los esfuerzos de los que están llevando ayudas”.
En el estado de Bahía, el más poblado de la región nordeste y el mayor afectado por las lluvias, se contabilizan 25 muertes y cerca de 50.000 personas damnificadas que perdieron sus viviendas desde que los temporales comenzaron a finales de noviembre. En Minas Gerais, en la región sudeste y el segundo más poblado del país, las fuertes lluvias provocaron desde la última semana de diciembre 20 muertos, sin contabilizar los 10 que fallecieron por el desprendimiento de una pared rocosa en un turístico cañón del municipio de Capitolio y que hundió varias lanchas. También más de 6000 personas perdieron sus viviendas y casi 46.000 tuvieron que dejar sus casas por peligro de inundaciones y deslizamientos de tierra, como ocurrió esta semana en la también turística e histórica ciudad serrana de Ouro Preto, donde un derrumbe destruyó por completo una cuadra residencial y comercial.
Las lluvias, que se presentan durante los días extremadamente calurosos del verano, suelen ocurrir al final de la tarde con tormentas eléctricas y a pesar de ser rápidas y pasajeras, su intensidad y fuerza causan mayores estragos que las del invierno. Al mismo tiempo, estas lluvias traen alivio a la región amazónica, que al igual que gran parte de la Argentina y Paraguay, se estaba incendiando desde hacía ya varios días.