Según fuentes diplomáticas, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, salió el viernes de la reunión del G20 durante el discurso de su homóloga alemana, Annalena Baerbock, en el que la ministra alemana criticó a Moscú por su guerra en Ucrania.
Al parecer, Lavrov tampoco estuvo presente durante una sesión en la que participó a distancia el ministro de Exteriores ucraniano, ni cuando el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenó a Rusia.
En la reunión de ministros de Exteriores del G20 en Bali, a la que asistió Rusia, Estados Unidos y sus aliados occidentales multiplicaron la presión contra Rusia para que ponga fin a la guerra en Ucrania. “Lo que hemos escuchado hoy es un gran coro de todo el mundo, no solo de Estados Unidos (...) sobre la necesidad de poner fin a la agresión”, dijo Antony Blinken a los periodistas.
Por su parte, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, acusó a Serguéi Lavrov de negarse al diálogo, al abandonar la reunión del G20. “El hecho de que el ministro de Relaciones Exteriores ruso haya pasado gran parte de las deliberaciones no aquí en la sala, sino fuera de ella, subraya que no hay ni un milímetro de voluntad de diálogo por parte del Gobierno ruso en este momento”, dijo Baerbock.
Sin embargo, ninguno de los líderes allí presentes mencionó el hecho de que, hasta ahora, quienes han abandonado cada espacio en el que el canciller Lavrov ha tenido oportunidad de hablar han sido los mismos que ahora le reclaman al representante ruso por una acción en espejo. Esto ha ocurrido tanto en reuniones virtuales, en las que ha quedado Lavrov en pantalla hablándole a empleados de las distintas cancillerías, mientras los representantes mundiales se retiraban al unísono apenas comenzaba su alocución.