Después de 27 años de incertidumbre, Omar bin Omran fue hallado en un pozo cubierto de heno a tan solo 200 metros de su casa en la ciudad Djelfa, Argelia. El hombre había sido secuestrado en plena guerra civil cuando tenia 17 años y ahora tiene 45.
El individuo responsable de su encierro fue un vecino de 61 años identificado como B.A, quien mantuvo a Omar prisionero durante casi treinta años. La revelación de este hecho se produjo debido a una disputa de herencia que llevó al hermano del captor a compartir el secreto en las redes sociales.
Las imágenes del rescate muestran a un Omar claramente afectado, con una larga barba y temblando mientras los agentes de seguridad lo sacaban del oscuro calabozo que había sido su lugar de confinamiento.
Después de ser liberado, Omar compartió una historia extraordinaria con sus rescatadores. Durante los largos años de cautiverio, hubo momentos en los que pudo ver a su familia desde su prisión subterránea, pero nunca logró pedir ayuda. ¿La razón? Según él, un hechizo lanzado por su secuestrador para mantenerlo en silencio. Esta declaración, aunque increíble para muchos, resonó profundamente en la cultura local, donde las creencias en la brujería y los encantamientos todavía persisten.
El conflicto, que sumía a Argelia en una espiral de violencia entre el gobierno y los grupos rebeldes islamistas, dejaba a su paso un rastro de sangre y desesperación. La familia de Omar, como tantas otras, temió lo peor: que él hubiera caído víctima de la brutalidad del conflicto.
La guerra civil argelina, que se prolongó durante diez largos años, representó un periodo oscuro en la historia del país. Más de 200.000 personas perdieron la vida y alrededor de 20.000 fueron secuestradas. En medio de este caos, la desaparición de Omar quedó opacada por las estadísticas de las tragedias diarias.