Los países del G7 anunciaron el domingo estar listos para adoptar nuevas sanciones contra Rusia si “no pone fin a su guerra de agresión contra Ucrania”.
Durante una reunión por videoconferencia de las potencias occidentales del G7 (Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos), los jefes de la diplomacia exigieron a Rusia que ponga “fin inmediatamente a los ataques contra Ucrania, su población civil y sus infraestructuras civiles, y que retire rápidamente a sus tropas”.
En un comunicado difundido por la presidencia de turno del G7, que recae en Alemania, los siete países advirtieron a Moscú de que no reconocerán ningún “cambio de estatus” en Ucrania por la fuerza, como sería el caso, por ejemplo, de anexiones territoriales.
En una declaración posterior, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que el grupo “nunca ha estado tan alineado en todo el mundo para defender y preservar la libertad y soberanía de Ucrania y todos sus estados”.
En 2014, Rusia se anexionó la península de Crimea y acaba de reconocer la independencia de las dos repúblicas autoproclamadas del Donbás (este de Ucrania), controladas por fuerzas separatistas prorrusas.
Los países occidentales ya endurecieron sus sanciones financieras el sábado al excluir a numerosos bancos rusos de la plataforma de pagos interbancarios a escala mundial SWIFT, lo que podría complicar las transacciones rusas.
También tomaron medidas para impedir que el banco central ruso pueda respaldar el rublo, al limitar su acceso a los mercados internacionales de capitales.
El domingo, Japón anunció que también eliminaría a ciertos bancos rusos de la plataforma SWIFT, ofreció millones de dólares en ayuda humanitaria y congelará bienes de Putin y otras autoridades rusas.
Según Blinken, las medidas japonesas demuestran la “unidad y determinación” del G7 para “imponer costos masivos a Rusia y contener su capacidad de librar su guerra” contra Ucrania.