Los restos del cohete chino Long March 5B cayeron en el océano Índico

Había sido lanzado el 24 de junio con el objetivo de transportar un módulo a la estación espacial orbital china “Tiangong” pero estaba fuera de control y no se sabía donde podía caer.

Los restos del cohete chino Long March 5B cayeron en el océano Índico
El Long March 5B que estaba descontrolado cayó en el océano Índico.

Los restos del cohete chino Long Machs 5B cayeron a las 16:50 GMT de este sábado en el océano Índico. Había sido lanzado el 24 de junio a las 2:22, hora de Pekín, del Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang en Hainan con el objetivo de transportar un módulo a la estación espacial orbital china “Tiangong”. En los últimos días se supo que estaba fuera de control y podría caer en cualquier lugar.

El cohete chino impactó sobre el océano Índico tras una reentrada no controlada en la atmósfera, donde lo más seguro es que se haya “desintegrado”, aseguró el jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial español (CDTI), Jorge Lomba a EFE.

Lomba también advirtió que este tipo de reentradas en la atmósfera de cohetes en Estados Unidos y en Europa se hacen de manera “controlada”, para así saber exactamente donde va a caer en caso de que no se desintegre.

En el caso del Long March 5B era un cohete con una masa estimada de 22 toneladas, una longitud de 33 metros, un diámetro de 5 metros y viajaba a una velocidad de 28.000 km por hora.

Previamente a desintegrarse y caer en el océano fue visto muy de cerca en Malasia.

Los antecedentes chinos

Esta no sería la primera vez que China no controla las órbitas de sus cohetes y llama la atención de la comunidad internacional.

En abril del 2018, el laboratorio orbital Tiangong 1, que estaba en desuso desde el 2016 y vagaba sin control por el espacio, por suerte cuando reentró a la atmósfera terrestre cayó sobre el océano Pacífico sur sin causar grandes daños.

En mayo pasado otro cohete Long March 5B alertó a los servicios de vigilancia de todo el mundo debido a que se había descontrolado. Por suerte, terminó desintegrándose casi en su totalidad y los restos cayeron al océano sin causar daños.

“Hay formas, y así ocurre la mayoría de las veces, de efectuar reingresos controlados en la atmósfera de partes de cohetes que se envían al espacio y, en su caso en el océano, pero hay que guardar mucho combustible para ello, lo que supone una gran inversión”, detalló Lomba.

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