El presidente Ashraf Ghani escapó este domingo de Afganistán, como muchos otros aterrorizados civiles afganos y extranjeros después de que los talibanes rodearan Kabul. Los terroristas se habían mantenido a las afuera de Kabul y habían prometido no entrar pero cuando cayó la noche, por la huida de Ghani, anunciaron que iban a ingresar a la ciudad para impedir saqueos, después de que la Policía afgana abandonara las comisarías y otros puestos.
Después de haber sido derrocados por una coalición comandada por Estados Unidos, los rebeldes islamistas se preparan para la toma de la ciudad de la capital de Afganistán. La han rodeado y negocian con el Gobierno para la transferencia del poder. Mientras tanto, los civiles afganos y extranjeros se encuentran aterrorizados por la situación que se vive.
Se han difundido imágenes alarmantes de la situación que se está viviendo en Afganistán, los talibanes han decidido arrasar con todo, entre otros lugares han tomado la base militar más grande de ese país y han liberado a centenares de presos.
Ante la fuerte insistencia de los rebeldes, un ministro aseguró que se iba a constituir un Gobierno de transición, este anuncio se habría interpretado como un manotazo de ahogado con pocas oportunidades de llevarse a cabo.
Según informaron la cadenas CNN y Al Jazeera, los civiles atemorizados por la situación que se está viviendo en ese país comenzaron las largas filas en cajeros electrónicos para retirar los ahorros de toda una vida y buscar un nuevo comienzo. Todo esto en el marco de los recuerdos de las duras reglas que caracterizaron su Gobierno -dejando sin libertades a las mujeres, entre otras cosas- hasta que fueron derrocados, en 2001.
Miles de civiles afganos abandonaron sus localidades y se habían dirigido a la capital, Kabul, porque la creían más segura y permanecían acampados en plazas y otros lugares abiertos de la ciudad, lamentablemente también será foco de conflicto esa zona geográfica.
Las calles capitalinas también se llenaron de vehículos con personas hasta el techo que intentaban huir de la ciudad o refugiarse en una zona más segura.
Un testigo en diálogo con CNN describió alguna de las escenas de caos que se viven en el aeropuerto de Kabul, hay “grandes multitudes tratando de entrar” y hasta disparos de armas de fuego.
En el marco de las sirenas, disparos y observando helicópteros sobrevolar el centro de Kabul -donde quedan las embajadas extranjeras-, muchas personas abandonaban los edificios gubernamentales. También lanzan bengalas como estrategia para no se alcanzados por misiles, ya que estos se guían por el calor.
Pese a haber invertido miles de millones de dólares por parte de Estados Unidos y la OTAN para entrenar a las fuerzas afganas, eso no evitó que las fuerzas de los talibanes se hicieran con casi todo el norte de Afganistán la semana pasada. Este ha sido un avance sorprendente sobre los talones de las derrotadas fuerzas extranjeras de Afganistán después de 20 años de guerra.
Suhail Shaheen, el vocero talibán, le dijo a la cadena de noticias qatarí Al JAzeera, que -los combatientes del grupo paramilitar- se mantenían en los márgenes de la capital, Kabul, a la espera del resultado de las negociaciones que se llevan a cabo con el Gobierno del presidente Ashraf Ghani.
“Nuestras fuerzas no han entrado a la ciudad de Kabul (...). Estamos hablando -con el Gobierno- y esperando una transición pacífica” del poder, finalizó desde Doha, Qatar, donde se están llevando a cabo las negociaciones.
El primero que informó el cierre temporal de su embajada en Kabul fue Canadá, este domingo después de sacar al personal diplomático.
Según la agencia de noticias AFP, la milicia ultraintegrista explicó en un comunicado que, “hay negociaciones en curso para garantizar que el proceso de transición sea absolutamente seguro, sin comprometer las vidas, propiedad ni el honor de nadie, y sin comprometer las vidas de los residentes de Kabul”.
”El pueblo afgano no debería preocuparse. No habrá ningún ataque contra la ciudad y habrá una transición pacífica del poder”, advirtió en un mensaje grabado.
Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, envió un total de 5.000 soldados para ayudar y asegurar la evacuació de emergencia de los empleados de la embajada y miles de afganos que trabajan con los norteamericanos y temen represalias.
Serían 30.000 personas las que deberán ser evacuadas, evaluó el pentágono.
Un total de 600 militares dispuso el Reino Unido como ayuda a los británicos para abandonar el territorio en conflicto. En contraparte, Rusia, mantendrá a su personal en el país.
En caso de un supuesto ataque contra ciudadanos norteamericanos, Biden advirtió a los talibanes que habría una respuesta “rápida y fuerte.”
También mantuvo su decisión de terminar con 20 años de guerra, la más larga que ha conocido Estados Unidos, esta se inició despues de los atentados del 11 de septiembre de 2001, como represalia contra los talibanes por rechazar la entrega del jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden, quien apoyó los ataques de 2001 en Nueva York y cerca del estado de Washington.
Biden confirmó que, “un año o cinco años más de presencia militar estadounidense no habría marcado ninguna diferencia cuando el ejército afgano no puede o quiere defender su país”.
Antony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos, rechazó las comparaciones entre la retirada de Estados Unidos de Vietnam y la situación actual y aseguró que su país había cumplido con sus metas en Afganistán.
