“El crimen organizado no es una cosa de una favela, de una ciudad, de un Estado; es una multinacional con mucho poder, es una industria multinacional que está en todas las áreas y con mucho poder”, afirmó el mandatario brasileño.
Lula da Silva hizo estas declaraciones durante la toma de posesión del nuevo ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, quien durante años fue juez del Tribunal Supremo Federal.
Lewandowski, por su parte, prometió continuidad respecto a la gestión de su antecesor, Flavio Dino (que ahora ocupará un asiento en el Supremo), y prometió centrarse en la seguridad y la lucha contra la delincuencia.
“Ya hay noticias de que, tal como ocurre en otras naciones, el crimen empieza a infiltrarse en órganos públicos, especialmente en los ligados a la seguridad, y a multiplicar empresas de fachada para blanquear recursos obtenidos de forma ilícita”, dijo durante la ceremonia.
En todo caso, el ministro precisó que, para combatir la violencia, hay que ir “más allá de una permanente y enérgica represión policial”, con políticas públicas que permitan superar el “verdadero apartheid social que continúa segregando buena parte de la población brasileña”.
Uno de los proyectos iniciados por Dino que el nuevo ministro deberá consolidar es la ejecución del sistema nacional de seguridad pública, que tiene como objetivo cruzar datos a través de todo el país para mejorar las estrategias de inteligencia.
En Brasil, la mayoría de competencias en seguridad las tienen los gobiernos de los estados (que mandan sobre la Policía Militar y la Policía Civil), por lo que en muchas ocasiones faltan planes y estrategias a nivel nacional.