El departamento de aduanas malasio subraya en un comunicado divulgado este 18 de julio que el material se hallaba escondido tras madera aserrada en un barco procedente de África, que fue inspeccionado en Malasia el 10 de julio. El contenedor incluía 6.000 kilos de colmillos de elefante, 100 kilos de escamas de pangolín, 25 kilos de cuernos de rinoceronte y 300 kilos de esqueletos, huesos y cuernos de otros animales.
Las autoridades malasias investigan ahora al importador y al agente encargado del envío, sin ofrecer más detalles aún y desconociéndose si el material incautado iba destinado a otras partes de Asia tras su llegada a Malasia.
En China y algunos países del sudeste asiático se cree que el cuerno de rinoceronte tiene propiedades medicinales o afrodisíacas, un extremo jamás confirmado de manera científica.
Esta creencia, sumada al aumento del poder adquisitivo en estos países, ha convertido en más vulnerable las poblaciones ya de por sí amenazadas de rinocerontes (por sus cuernos) elefantes africanos (por sus colmillos), pangolines (por sus escamas y su carne) o de leones (por sus huesos), entre otras especies. También se ha hecho más visible el tráfico de estos elementos gracias a la difusión, pero eso no ha sido acompañado de mayores controles sobre la cacería ilegal en las regiones clave.
El material biológico incautado fue incinerado por las autoridades malasias.