Los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas, celebradas este domingo, dibujaron un escenario complejo e incierto. La coalición de izquierdas que dirige Jean-Luc Mélenchon, la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (Nupes), y Ensemble (Juntos), la alianza que apoya al presidente Emmanuel Macron, llegaron muy igualados, con una ligera ventaja para la coalición presidencial (25,75%) frente a los de Mélenchon (25,66%), según los resultados oficiales del Ministerio del Interior. Un empate casi matemático. Los separan apenas 21.000 votos.
Por su parte, la coalición de izquierdas acusó al Ministerio del Interior de manipular las cifras de resultados para evitar la impresión de que Macron ha sido derrotado. Según los portavoces de la Nupes, no se han contabilizado los votos de candidatos que no están oficialmente en la alianza de izquierdas pero que reciben su apoyo.
A pesar de estos números, las proyecciones prevén que en la segunda vuelta, el próximo domingo, los macronistas puedan obtener entre 275 y 310 escaños (la mayoría absoluta está en 289), frente a entre 180 y 210 diputados para Nupes.
Sin embargo, el hecho de que, solo seis semanas después de que el presidente fuera reelegido para un nuevo mandato de cinco años, el partido presidencial pase por tantos apuros es un golpe político para el jefe de Estado. Macron pidió “una mayoría fuerte y clara”. Los franceses no se la han dado, al menos por ahora.
Para Mélenchon, las elecciones han sido ya una importante victoria moral y un premio a la unidad lograda en la izquierda bajo un programa de corte radical. Aunque no consiga su objetivo de ser el próximo primer ministro, su fuerza parlamentaria le dará influencia y capacidad de movilización en la calle para desgastar a Macron y tratar de frenar algunas de sus iniciativas, como la reforma de las pensiones, que fue parte de la promesa de campaña del líder izquierdista.
En su primera reacción, cuando se creía que iba primero, Mélenchon instó a sus partidarios a acudir a las urnas el próximo domingo para “arrasar”. Consideró que los comicios están abiertos y “no tienen ningún sentido” las proyecciones de escaños, destinadas, según él, a desmovilizar al electorado de izquierdas.
El próximo domingo se definirán los resultados en la segunda vuelta, con un escenario complejo y también afectado por la guerra en Ucrania y los problemas de energía y abastecimiento que se están generando en toda Europa y que tienen a Macron como partícipe y mediador.
