Hace más de 34 horas que buscan desesperadamente a 10 mineros que quedaron atrapados luego de un derrumbe de un yacimiento de carbón en México. Las familias se aferran a la esperanza de que sigan vivos, al tiempo que ya reclaman mejores condiciones laborales.
“Me duele la desesperación, no saber qué pasa, ¿hasta cuándo voy a volver a verlo?”, dijo Jesús Mireles, el padre de uno de los mineros que quedaron atrapados cuando uno de los pozos colapsó con agua.
Unos 230 rescatistas trabajan las 24 horas para encontrar a las 10 personas. Las autoridades instalaron distintos camiones eléctricos para iluminar la zona durante la noche. También hay bombas que extraen el agua que terminó por llenar los tres pozos de la mina que están conectados entre ellos.
“Aquí el tiempo es muy importante, así que estamos muy concentrados para poder rescatar cuanto antes a los mineros”, dijo el jueves Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, durante la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Lo que quiero con toda mi alma es que rescatemos a los mineros”, expresó a su vez el mandatario. “No hay que perder la fe”, añadió, dirigiéndose a las familias de los trabajadores.
Las autoridades montaron un operativo por toda la zona. Hay camiones de la eléctrica estatal CFE iluminan la zona de la mina, donde 234 rescatistas del gobierno trabajan a contrarreloj para liberar a los mineros. La mina se ubica unos 1.130 km al norte de Ciudad de México, en la llamada región carbonífera de Coahuila.
Tras el colapso, cinco mineros lograron salir por sus propios medios y fueron trasladados a un hospital, de los cuales dos ya fueron dados de alta.
En el sitio se trabaja con ocho bombas de extracción y se esperan otros 17 equipos de bombeo con mayor capacidad “para agilizar los trabajos”, informó el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme.