Las autoridades de México desalojaron a cerca de 4.000 migrantes irregulares y demolieron el campamento en el que habitaban en la ciudad de Tijuana, cerca de la frontera con Estados Unidos. El campamento estaba ubicado en los alrededores del cruce fronterizo del Chaparral y los migrantes habían estado viviendo en él durante casi un año.
Las imágenes televisadas mostraron a la Policía mexicana y al Ejército demoliendo las tiendas de campaña improvisadas. La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, confirmó el desalojo a través de Twitter. “Esta mañana, en coordinación con el Gobierno del Estado y la Guardia Nacional, iniciamos un proceso de reubicación para los migrantes que estaban establecidos en la zona del Chaparral”, dijo.
Agregó que la “seguridad y salud” de los migrantes es primordial, por lo que ayudarán a las personas desalojadas a llegar a los albergues según su situación personal o familiar. La alcaldesa indicó además que Tijuana y el Gobierno brindarán a los migrantes “las herramientas necesarias para que puedan continuar (sus sueños), ya sea desde aquí o que deseen volver a su lugar de origen”.
El campamento en la ciudad fronteriza, que hace parte de una ruta popular para los migrantes irregulares que buscan cruzar hacia Estados Unidos, se había establecido en enero del año pasado.