Unas 600.000 personas asistieron este martes, bajo un calor sofocante, a la misa del papa Francisco en Dili, la capital de Timor Oriental, uno de los momentos culminantes de su maratónica gira en Asia-Pacífico. La cifra equivale a la mitad de la población de ese país, donde se estima que el 98% profesa la religión católica, heredado de la conquista portuguesa. La primera vez que un papa llegó a la isla fue en 1989, el recordado Juan Pablo II.
La misa, celebrada en una explanada costera, representó un importante desafío físico para el pontífice de 87 años, que estuvo presente durante casi tres horas y dio una vuelta en el papamóvil entre la multitud, con temperaturas superiores a los 30°C.
El pontífice argentino fue recibido como una estrella de rock, con decenas de miles de devotos concentrados en las calles de la capital Dili, gritando y ondeando banderas.
En total, unas 600.000 personas se congregaron en la explanada y sus alrededores, el equivalente de casi la mitad de la población del país, indicó en un comunicado el Vaticano citando una estimación de las autoridades locales.
”Es como si tuviéramos un nuevo impulso para nuestras vidas, para el pueblo de Timor Oriental, para la paz”, dijo a la AFP Natercia do Menino Jesus Soares, de 33 años, que llevaba una gorra, una camiseta y un pañuelo con la imagen del Papa.
Este pequeño país con un 98% de población católica es la tercera parada del pontífice en su larga gira de 12 días que culminará en Singapur después de visitar Indonesia y Papúa Nueva Guinea.
En su primer día en Timor Oriental se dirigió a las autoridades para celebrar el periodo de “paz y libertad” en el país tras su independencia en 2002, pero les urgió a prevenir los abusos contra los jóvenes que han causado escándalos de pederastia en la Iglesia local.
Pero el principal evento de esta visita es la misa en los humedales de Tasitolu, en la capital, que puede ser una de las más multitudinarias de sus 13 años de papado.
Decenas de miles llegaron al amanecer, con paraguas con los colores amarillo y blanco del Vaticano para protegerse del inclemente sol, para asistir a la celebración que arrancó a las 16.30.
En la homilía, en español y traducida al tetum, Francisco habló de la alegría del nacimiento de un niño y afirmó que en Timor Oriental “es maravilloso lo que pasa cuando nace un bebé” y que aquí en este país “hay muchos niños” y es “un país joven en el que en cada rincón la vida se siente palpitar y bullir”.
“Hacer espacio a los pequeños, acogerlos, cuidarlos, y hacernos también todos nosotros pequeños ante Dios y ante los hermanos, son precisamente las actitudes que nos abren a la acción del Señor”, dijo.
“Estén atentos porque me dijeron q en algunas playas vienen cocodrilos. Tengan cuidado. Estén atentos, estén atentos a de esos cocodrilos que quieren venir y cambiar la cultura, que quieren cambiarles la historia, manténganse fieles y no se acerquen a esos cocodrilos por que muerden fuerte y duele mucho”, reflexionó.
En 2023, alrededor de un millón de personas se congregaron en Kinshasa, la capital de República Democrática del Congo, para la visita del papa.
El récord de su papado fue en la capital de Filipinas, Manila, en 2015, donde se estima que el jesuita argentino reunió a seis millones de personas.
En un discurso en la catedral de Dili, Francisco pidió a los creyentes que difundan “el perfume del Evangelio” contra el alcoholismo, la violencia y la falta de respeto a las mujeres.
El resto de la agenda del papa para el martes incluye reuniones con jesuitas y con niños con discapacidades.
Timor Oriental, la nación más joven del sudeste asiático
La historia de Timor Oriental, la nación más joven del sudeste asiático, estuvo marcada por siglos de colonización portuguesa, casi 25 años de ocupación indonesia (diciembre de 1975-octubre de 1999) y un referéndum de independencia respaldado por la ONU.
El país se independizó formalmente en 2002, saliendo de una brutal ocupación indonesia que dejó más de 200.000 muertos.
La incipiente democracia es también una de las naciones del mundo que, sin embargo, se gastó 12 millones de dólares para renovar su capital antes de la visita de papa, uno de ellos destinado al altar en que se sentará el papa.
Este coste ha provocado algunas críticas en Timor Oriental, donde grupos de activistas también denunciaron que se derrumbaron algunas casas en la zona donde se celebrará la misa. El gobierno rebatió que fueron construidas ilegalmente.
Las autoridades también desalojaron los vendedores ambulantes y a las personas sin hogar de las zonas por las que debía pasar Francisco. / Con información de AFP