Una joven estudiante de la licenciatura en Administración del Instituto Tecnológico de Tehuacán, Puebla, falleció tras ser atropellada por un tren debido a que llevaba los auriculares a un volumen muy alto.
Los hechos ocurrieron el pasado 31 de julio en la ciudad de Puebla, México, mientras Jeidy Morales, de 22 años, caminaba hacia la empresa donde realizaba su servicio social. De acuerdo con testigos, la joven llevaba puestos sus auriculares con un volumen alto que le impidió escuchar el sonido del tren que pasaba.
Fue embestida y arrastrada unos metros hasta que el tren se detuvo, siendo auxiliada por Protección Civil y el personal de la Cruz Roja para sacarla de abajo de uno de los vagones.
Posteriormente, la trasladaron hacia un centro de asistencia para recibir atención médica, pero falleció debido a la gravedad de las heridas. Amigos, familiares y la facultad donde estudiaba lamentaron su partida, recordándola como joven responsable, amable y dedicada.
Qué dicen los organismos de salud pública
El uso de dispositivos electrónicos con auriculares supone distracción e incapacidad de percibir alertas externas, además de exponer a la persona a pérdida de la audición por volumen excesivo, según una publicación del Ministerio de Salud de la Nación.
El oído tiene un mecanismo de defensa ante ruidos externos. Si una persona utiliza aparatos electrónicos con auriculares, disminuye la posibilidad de tener una alarma externa sonora. Por lo tanto, es más vulnerable a sufrir accidentes al caminar, manejar un vehículo, cruzar la calle o las vías del ferrocarril, entre otras situaciones.
En ese sentido, estudios científicos advierten que el uso de dispositivos tecnológicos portátiles como teléfonos y reproductores de música, triplica el peligro de lesiones en la vía pública, siendo los adolescentes y los jóvenes los más expuestos.
El exceso o el mal uso de estos aparatos puede generar consecuencias de todo tipo, incluidas secuelas de por vida. Según la OMS, no se debe sobrepasar el 60 % del nivel máximo de sonido de los auriculares.
De cualquier manera existen riesgos para la salud de los oídos, ya que el sonido ingresa al canal auditivo externo de una forma más directa que los decibelios del ambiente. En general, escuchar ruidos de cualquier tipo a un volumen demasiado alto aumenta la posibilidad de perder paulatinamente la capacidad de oír.
Seguí leyendo
