Desde junio pasado el gasoducto, tendido por el fondo del mar Báltico, opera al 40 % de su capacidad debido, según Rusia, a que Canadá, por las sanciones que pesan sobre Moscú por su “operación militar especial” en Ucrania, no ha devuelto unas turbinas que se encontraban en reparación y que se precisan para el bombeo del combustible.
El año pasado las labores de mantenimiento del Nord Stream se realizaron entre el 13 y el 23 de julio. Según Nord Stream AG, el bombeo de gas se suspendió a las 07.00 hora de Moscú (04.00 GMT). En las anteriores 24 horas se suministraron 63,4 millones de m3 de gas, lo que representa el 40 % de la capacidad diaria de la infraestructura.
Rusia anunció en junio pasado dos reducciones consecutivas de los suministros de gas a través del Nord Stream, primero una de un 40 % y luego otra adicional del 33 %, que el gigante gasístico ruso Gazprom justificó con problemas con las revisiones técnicas de las turbinas de la empresa alemana Siemens que se emplean en las estaciones de bombeo.
El Kremlin ha rechazado cualquier insinuación sobre el uso por parte de Rusia del petróleo y el gas como un arma de presión política, en referencia a la parada del gasoducto Nord Stream por problemas técnicos. “Nadie se ha inventado ningún tipo de nuevos trabajos (en el gasoducto Nord Stream). Si las turbinas regresan tras su reparación, esto permitirá incrementar el volumen de suministro”, afirmó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov en referencia a las turbinas retenidas en Canadá.