En la primera semana de invasión perpetrada por Rusia, el gobierno de Ucrania informó que más de 2000 civiles murieron. Además, más de 874.000 personas huyeron de sus hogares en Ucrania.
Pese a la cifra divulgada por Ucrania, la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas dijo haber registrado 136 muertes de civiles.
En tanto, el mandatario ucraniano, Volodomir Zelenski, tachó los bombardeos rusos de descarada campaña de terror, mientras que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió que, si Vladimir Putin no “paga un precio’' por la invasión, la agresión no se limitará a un país.
La escalada de ataques sobre ciudades abarrotadas seguía a una primera ronda de conversaciones el lunes entre Ucrania, muy superada por Rusia, que es una potencia nuclear. Esos primeros contactos terminaron apenas con el compromiso de nuevas reuniones.
Hoy, un ataque ruso golpeó el cuartel general de la inteligencia y policía regional ucraniana en Járkov, ciudad de unos 1,5 millones de personas, donde cuatro personas murieron y varias resultaron heridas según el servicio estatal de emergencias en Ucrania, que informó de daños en edificios residenciales.
Arrancó el tejado y dejó la última planta en llamas. Partes del inmueble de cinco plantas aparecían esparcidas en las calles próximas, según videos y fotos publicados por el servicio de emergencias.
La agresión se produjo al día siguiente de otro en la plaza central de Járkov que mató al menos a seis personas y conmocionó a muchos ucranianos por golpear el corazón de una ciudad importante. Otro ataque de tropas rusas golpeó una torre de televisión en la capital, Kiev.
Las autoridades ucranianas informaron de cinco muertos en el ataque a la torre de televisión, que también afectó al monumento Babi Yar al Holocausto. Un vocero del recinto dijo que un cementerio judío en el lugar, donde ocupantes nazis mataron a más de 33.000 judíos en dos días en 1941, había sufrido daños.