En el vigésimo sexto día de confrontaciones armadas entre Rusia y Ucrania, las miradas siguen puestas en Mariúpol, el principal punto de conflicto en las últimas horas y que fue novedad por el ultimátum de las tropas rusas invasoras. Corredores humanitarios para los habitantes y salida con vida para los soldados ucranianos. Ese fue el ofrecimiento de Rusia a cambio de que las fuerzas militares y civiles ucranianas depusieran las armas y entregaran el control de la urbe, una posibilidad que las autoridades locales rápidamente declinaron.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró este domingo que ha atacado a Ucrania con misiles de crucero desde buques en el mar Negro y el mar Caspio, y ha lanzado misiles hipersónicos desde el espacio aéreo de Crimea. Hasta ahora, Rusia ha logrado la mayoría de los avances en las ciudades del sur y el este, mientras sus fuerzas han permanecido más estancadas en el norte y alrededor de Kiev.
Las fuerzas armadas ucranianas dijeron este domingo que el Kremlin está preparando a la población rusa para una “guerra prolongada”. Sin embargo, el nivel de bajas entre las fuerzas armadas no está del todo claro y las informaciones varían. Los militares ucranianos aseguran que Rusia ha perdido alrededor de 15.000 efectivos. Se estima que hay 562 prisioneros. Moscú solo informó a principio de marzo de sus bajas, varias veces menores: 498 militares rusos muertos y casi 1.600 heridos. El presidente Volodímir Zelenski dijo la semana pasada que 1.300 soldados ucranianos han muerto durante la invasión.
En su cálculo de las pérdidas rusas, Ucrania asegura haber destruido 498 tanques, 1.535 vehículos blindados, casi 320 sistemas de artillería y de lanzamiento múltiple de misiles (MLSR), casi 220 aviones y helicópteros, así como varios barcos y aviones no tripulados, entre otros. El Ministerio de Defensa ruso ha dicho que se han destruido más de 3.600 medios de infraestructura militar ucraniana.