El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, describió la reunión con su homóloga británica, Elizabeth Truss, como “una conversación entre un mudo y un sordo”, este jueves 10 de febrero. Durante una rueda de prensa en Moscú, Lavrov dijo que no habló con Truss sobre las relaciones bilaterales, las cuales se encuentran en su “punto más bajo”, porque la funcionaria británica quiso discutir la situación en Ucrania, los ejercicios militares conjuntos Rusia-Bielorrusia, llamados ‘Determinación aliada 2022′, la restauración del acuerdo nuclear con Irán y la cooperación de Rusia con China.
Lavrov dijo que le informó a Truss sobre la falta de progreso en la implementación del Acuerdo de Minsk y que existe la posibilidad de restaurar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), comúnmente conocido como el acuerdo nuclear de Irán. Según Lavrov, Truss replanteó la iniciativa rusa de obtener garantías de seguridad legalmente vinculantes, y agregó que reiteró verbalmente la solicitud presentada anteriormente por escrito sobre las garantías y pidió a Truss explicar cómo entiende Londres el principio de la inadmisibilidad de fortalecer la seguridad a costa de la seguridad de los demás.
Lavrov agregó que la conversación pudo haberse desarrollado de otra forma porque lo único que escuchó durante dos horas fue la demanda de Truss de que Rusia retire sus tropas de la frontera con Ucrania. “Durante las dos horas que pasamos a puerta cerrada no escuchamos ninguna otra entonación aparte del tono belicoso de Truss”, dijo Lavrov. “Hace mucho tiempo que no participo en conversaciones diplomáticas de este tipo que podrían celebrarse en directo porque no hemos escuchado nada secreto, nada confidencial, fiable, solo lo que suena regularmente desde los altos puestos de Londres”, explicó Lavrov.
El canciller ruso recalcó que su país lleva optando por el camino de la diplomacia desde hace años mientras que Occidente no hace más que amenazar a Moscú. “No queremos amenazar a nadie, miren las declaraciones públicas, nunca se hicieron amenazas en ninguna parte. Somos nosotros los que estamos siendo amenazados, incluso por la ministra Truss en su reciente discurso ante la Cámara de los Comunes, y hoy ella lo reiteró [sus amenazas]”, agregó Lavrov. El ministro ruso dijo que la situación actual alcanzará su clímax cuando terminen los ejercicios militares ruso-bielorrusos y que entonces Occidente dirá que “obligó a Rusia a reducir la escalada” de tensión.
Lavrov dijo que la crisis de Ucrania sirve como “muleta” contra la caída del rating de los políticos occidentales y recordó que incluso los altos funcionarios ucranianos llaman a no entrar en pánico y refutan las declaraciones que apuntan a una invasión rusa. En este sentido, Lavrov recordó las declaraciones del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en las que aseguró que el riesgo de una invasión rusa no es mayor que lo que había antes.
Lavrov prosiguió diciendo que Occidente usa a Ucrania como una herramienta contra Rusia, sin tener en cuenta los intereses del país, que se ven dañados por las declaraciones sobre la supuesta invasión de Rusia: los inversores se van de Ucrania, las empresas cierran por la “histeria de la invasión”, perjudicando la economía de Ucrania. El canciller ruso dijo que Reino Unido y otros países envían tropas a países vecinos de Rusia mientras exigen y tratan de dictar lo que Rusia debe hacer con sus fuerzas armadas en su propio territorio.
En este sentido, Lavrov explicó que las tropas rusas siempre regresan a sus bases permanentes después de finalizar los ejercicios militares, mientras que las tropas y las armas de la OTAN, una vez desplegadas, permanecen para siempre. Por su parte, Truss no dejó de advertir sobre “graves consecuencias” para Rusia en caso de que agreda a Ucrania.