Los republicanos, con el candidato Donald Trump al frente, criticaron duramente la presidencia de Joe Biden y pidieron la dimisión del demócrata de 81 años antes de que finalice su mandato en enero, después de que se bajara de las elecciones.
”El corrupto Joe Biden no era apto para postularse como presidente, y ciertamente no es apto para servir. ¡Y nunca lo fue!... Sufriremos mucho con su presidencia, pero remediaremos el daño que ha hecho muy rápidamente”, publicó Trump en su red Truth Social poco después del anuncio de Biden este domingo.
El republicano manifestó para él es “más fácil derrotar a la vicepresidenta Kamala Harris que a Biden”.
Su compañero de fórmula J.D. Vance para las elecciones, también arremetió contra su vicepresidenta Kamala Harris, cuya candidatura apoya Biden, “el peor presidente de la historia”, según él.
Kamala Harris “le acompañó” durante su mandato, por lo que también “es responsable de todos esos fracasos”, dijo.
Para el equipo de campaña de Donald Trump, Kamala Harris sería “todavía peor” para Estados Unidos que el presidente saliente.
En tanto, el presidente del Congreso, el republicano Mike Johnson, dijo que “si Joe Biden no está en condiciones de presentarse a la presidencia, no está en condiciones de servir como presidente”.
”Debe renunciar al cargo inmediatamente”, dijo Johnson en un comunicado.
Una baja anunciada
Fue el desastroso desempeño de Biden durante su debate del 27 de junio con Trump lo que precipitó los acontecimientos.
Ese día, desde los primeros segundos de la batalla verbal que él mismo había convocado, decenas de millones de telespectadores vieron a un Biden titubeante. Estaba resfriado y tosía con frecuencia. Su voz era apagada, se trababa al hablar y dejaba las frases inacabadas.
Un espectáculo doloroso que sacó a la luz las dudas sobre su salud, que su entorno más cercano se había esforzado en sofocar.
Tan pronto como terminó, la pregunta era inevitable: ¿quién sería el primero en pedirle que pasara el testigo?
El nerviosismo se contagió. Algunos congresistas demócratas se lo pidieron públicamente. Con el paso de los días se fueron sumando pesos pesados del partido.
Uno tras otro, asustados por las encuestas que lo daban como perdedor y por miedo a una victoria abrumadora del republicano Trump, le dieron la espalda. Al comienzo en privado, sugiriéndole que reconsiderara su candidatura.
Las imágenes de Joe Biden dando positivo por Covid-19, bajando con dificultades la pasarela de su avión, no hicieron más que amplificar el nerviosismo de su bando. Hasta el anuncio histórico de este domingo.