La policía parisina y el ministro del Interior francés fueron blanco de críticas este lunes, tras la autorización de una manifestación neonazi en las calles de París. El hecho que detonó la controversia ocurrió el pasado sábado y contó con unos 600 convocados.
Los manifestantes de extrema derecha caminaron vestidos de negro por las calles de un lujoso barrio de la capital. Bajo la mirada de la policía, el grupo neonazi desfiló con banderas para conmemorar la muerte de un activista de ultraderecha, Sebastien Deyzieu, en 1994.
Los ciudadanos de París se mostraron disconformes con el accionar policial, el cual nunca apareció. “¡Explíquese!” le pidió por Twitter el senador del Partido Socialista David Assouline al ministro del Interior Gérald Darmanin.
“Es inadmisible haber permitido que 500 neonazis y fascistas desfilen en pleno París. Sus organizaciones, la exhibición de su ideología, eslóganes e insignias son tan insultantes para los muertos como incitar al odio racial”, reclamó en Twitter Assouline.
Cabe destacar que Francia conmemoró este lunes 8 de mayo la victoria de los Aliados sobre la Alemania nazi en 1945. Además, en dicha conmemoración se hizo hincapié sobre las vidas perdidas en la lucha contra el fascismo.
Por otra parte, en esta concentración de ultraderecha, autorizada por la ciudad, se produjo en un contexto en el que las autoridades reprimen las protestas con caceroladas contra el gobierno. Ante las nuevas restricciones impuestas para proteger al presidente Emmanuel Macron del ruido, los franceses recurrieron a las redes para hacer pública su indignación.
“Las cacerolas son aparentemente más peligrosas que los ruidos de botas militares”, ironizó Ian Brossat, vocero del partido Comunista. La organización benéfica de izquierdas Attac también criticó esta manifestación “de su odio con plena impunidad en el centro de París”, y el intelectual Jacques Attali calificó el acto de “intolerable”.
El departamento de la policía parisina se defendió de las críticas y explicó en un comunicado que, sin un “riesgo demostrado para el orden público”, no tenía el poder legal para impedir la manifestación. Además, manifestaron que este tipo de manifestación tuvo lugar otros años sin incidentes.
Aun así, las manifestaciones estaban prohibidas alrededor de los Campos Elíseos, donde Macron acudió a una ceremonia del 8 de mayo en el memorial de guerra en el Arco del Triunfo. El presidente también rindió homenaje al héroe de la Resistencia francesa Jean Moulin en Lyon, donde prohibieron también las manifestaciones pese a un recurso del sindicato CGT, rechazado por un tribunal local.
Sin embargo, las caceroladas a los miembros del gobierno se multiplican desde que el presidente liberal promulgase el 15 de abril su impopular reforma de las pensiones, que eleva la edad de jubilación de 62 a 64 años.
