“Está en juego la estabilidad y la seguridad de toda la UE”, afirma el primer ministro polaco, mientras el Parlamento aprueba construir un muro y la UE le ofrece ayuda de Frontex, frente a la crisis migratoria con Bielorrusia. “Sellar la frontera polaca es nuestro interés nacional. Pero hoy está en juego la estabilidad y la seguridad de toda la UE. Este ataque híbrido del régimen de Lukashenko está dirigido a todos nosotros. No seremos intimidados y defenderemos la paz en Europa con nuestros socios de la OTAN y la UE”, tuiteó el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, esta mañana.
La ley fue impulsada por el partido Ley y Justicia (PiS) y se espera que el presidente del país, Andrzej Duda, lo ratifique en los próximos días con su firma. El costo de la construcción del muro está estimado en unos 350 millones de euros y deberá cubrir una franja de unos 100 kilómetros.
Bielorrusia, sin embargo, insiste en rechazar estas acusaciones “sin fundamento” en su contra: “El ministerio de Defensa bielorruso considera infundadas e injustificadas las acusaciones de la parte polaca”, ha indicado esta autoridad en un comunicado, acusando a Polonia de aumentar “deliberadamente” las tensiones.
“Pedimos a Polonia que acepte la oferta de la UE para ayudar a las personas vulnerables de forma ordenada y evitar una nueva escalada”, tuiteó el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli durante la noche anterior, refieriéndose a la posibilidad de involucrar a la agencia de control de fronteras de la Unión Europea, Frontex. Para tratar de cortar esos flujos, el vicepresidente comunitario Margaritis Schinas, en coordinación con el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, viajará “en los próximos días” a los principales países de origen y de tránsito.
Schinas intentará asegurarse de que esos países “actúan para evitar que sus propios nacionales caigan en la trampa tendida por las autoridades bielorrusas”, anunció anoche la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La declaración de Von der Leyen se produjo tras una conversación con el primer ministro polaco, Morawiecki; la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, y el primer ministro letón, Arturs Krisjanis, para “expresar la solidaridad de la UE y discutir con ellos las medidas que la UE puede tomar para apoyarlos en sus esfuerzos por hacer frente a esta crisis” que los afecta de lleno.