Los líderes de las potencias del G7, reunidos en el castillo de Elmau, en Alemania, se comprometieron a entregar una ayuda adicional de 4.500 millones de dólares para luchar contra la inseguridad alimentaria, con lo que el total de los esfuerzos de este año sumarían unos 14.000 millones de dólares, según una declaración emitida en la cumbre.
Además, instaron a los países y empresas con “grandes reservas de alimentos” a que ayuden a paliar la escasez “sin distorsionar los mercados”. “Como recurso a corto plazo, pedimos a los socios que tienen reservas importantes de alimentos, así como al sector privado, que pongan a disposición los alimentos sin distorsionar los mercados, incluso apoyando la estrategia de compra del Programa Mundial de Alimentos”, indica el documento.
El G7 también reiteró su “llamado urgente a Rusia para que ponga fin, sin condiciones, al bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro, a la destrucción de infraestructuras portuarias, de transporte, de silos y de terminales de granos”.
Igualmente pidió a Moscú cesar con “la apropiación ilegal” de productos y de equipamiento agrícola en Ucrania y terminar con cualquier actividad que obstaculice la producción y la exportación ucraniana de alimentos. “Estas acciones solo pueden ser consideradas como un ataque con una motivación geopolítica contra la seguridad alimentaria mundial”, denunció el G7.
La invasión rusa de Ucrania y el bloqueo impuesto a los puertos del mar Negro, han provocado un alza de los precios de los alimentos y han atizado la inflación en todo el mundo. Por su parte, Rusia niega que esté impidiendo el paso de buques y culpa a las sanciones occidentales de contribuir a la crisis alimentaria.