A poco más de dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el candidato republicano y expresidente Donald Trump sorprendió con una insólita estrategia para desacreditar a su rival demócrata, Kamala Harris. Fue a una sucursal de McDonald’s en Feasterville-Trevose, Pensilvania, para trabajar en la cocina.
Durante el evento, Trump, de 78 años, se presentó sin saco, pero con camisa, corbata y un delantal de cocinero.
El expresidente se adentró en la cocina para aprender a utilizar la freidora de papas, condimentar hamburguesas y entregar pedidos a través de la ventanilla de servicio directo al auto. “Se requiere de un gran conocimiento para hacerlo bien y hacerlo rápido”, comentó el empresario, mientras uno de los gerentes del local lo guiaba en las tareas.
El acto estuvo cerrado al público por razones de seguridad, debido al atentado contra su vida que Trump sufrió durante un mitin de campaña hace algunos meses. Sin embargo, la actividad contó con la presencia de cientos de seguidores, efectivos de seguridad y una gran cobertura de medios, cuando faltan menos de tres semanas para la elección presidencial del 5 de noviembre.
Trump aprovechó la oportunidad para servirle un cono de helado a un periodista y otro le preguntó si tenía un mensaje para Kamala Harris que cumplió 60 años ayer: “Le diría ‘feliz cumpleaños, Kamala. Creo que le mandaré flores”.
Además, buscó ridiculizar la anécdota de Harris, quien había asegurado que trabajó en un McDonald’s en California durante su juventud. “Con esto ya trabajé 15 minutos más que Kamala, que jamás trabajó aquí”, ironizó Trump.
El republicano sostiene que la historia de Harris sobre su trabajo en la cadena de comida rápida es una mentira, aunque no presentó pruebas que respalden su afirmación. Del mismo modo, el equipo de campaña de Harris tampoco proporcionó evidencia que confirme la veracidad de su relato.
Durante su participación en el evento, Trump reiteró que respetará los resultados de los comicios del próximo mes “si es una elección justa”.