Durante las protestas que se están expandiendo por Francia, un incidente terminó en tragedia. En la localidad de Pamiers, del departamento de Ariège al sur del país, una granjera falleció luego de que un hombre embistiera la barricada que habían levantado un grupo de protestantes en un cruce de caminos.
La prefectura local indicó que una “persona murió” y “dos resultaron heridas de gravedad” en un “grave accidente de tráfico” en “el lugar de una manifestación agrícola”. “Las tres víctimas estaban en la barricada”, indicó una fuente policial, precisando que por el momento se desconoce los motivos de la embestida del vehículo. Los tres ocupantes del auto fueron detenidos y se encuentran en custodia policial.
“Es trágico que se haya llegado a esto. El coche chocó a toda velocidad contra un muro de paja que protegía la barricada de los compañeros”, declaró Jérôme Bayle, amigo de la víctima y figura destacada de las protestas. La víctima era una criadora de vacas y sembraba maíz en el pueblo de Saint-Felix-de-Tournegat, a pocos kilómetros de Pamiers, según Bayle.
Los agricultores franceses, como los alemanes, protestan desde hace días para expresar su malestar por el aumento de costos de la energía o las reglas ambientales europeas y reclamar medidas que van desde la simplificación administrativa a indemnizaciones más rápidas en caso de catástrofes, entre otras. Tras el drama, los sindicatos agrícolas llamaron a levantar el bloqueo de Pamiers.
Tras meses de manifestaciones, las protestas se han intensificado en las últimas semanas, con barricadas de tráfico, vertidos de desechos agrícolas malolientes frente a oficinas gubernamentales y otras protestas. Los agricultores también han realizado otros actos de protesta, como dar la vuelta a señales de tráfico para poner de manifiesto lo que, según ellos, son políticas agrícolas sin sentido.
Francia es una de las potencias agrícolas de Europa, con poderosos grupos de presión agrarios pero también un profundo descontento entre los agricultores, que dicen atravesar dificultades para llegar a fin de mes a pesar de trabajar largas horas para alimentar al país e impulsar las exportaciones con sus productos.
El Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, ha estado trabajando para calmar las preocupaciones de los agricultores antes de que su ira se convierta en un movimiento más amplio, como las protestas de los chalecos amarillos contra la injusticia económica en 2019, que hicieron mella en la popularidad del jefe de Estado y provocaron frecuentes enfrentamientos violentos entre manifestantes y policías antidisturbios.
