La Familia Real Británica atraviesa una de sus tantas crisis, aquellas que han marcado la historia de la Corona prácticamente desde siempre y de las que prácticamente se han perdido la cuenta ya. Esta vez, y de la misma manera en que ocurrió oportunamente con Lady Di cuando aún era princesa de Gales, la protagonista de este “culebrón” es Kate Middleton, actual princesa de Gales y esposa del Príncipe Guillermo (hijo del Rey Carlos III y Lady Di y próximo heredero de la Corona).
Desde hace ya varios meses Kate y Guillermo son tema constante en las noticias. Primero, por los rumores de crisis matrimonial y de un inminente divorcio. Sin embargo, estas versiones se disiparon. Pero no porque la calma haya retornado a la Familia Real, precisamente. Y es que el estado de salud de la Princesa Kate se ha convertido en un asunto de Estado, dentro y fuera del Reino Unido.
El anuncio de una “cirugía abdominal programada” a comienzos de año, los anuncios contradictorios sobre cuándo sería su reaparición en público, el silencio incómodo desde el Palacio de Kensington y la publicación de una foto en las redes sociales oficiales evidentemente retocada no hacen más que generar más incertidumbre e incrementar el misterio. ¿Qué ocurre con la princesa Kate, futura reina consorte de Inglaterra?
ANUNCIO DE CIRUGÍA Y DESAPARICIÓN
El 25 de diciembre de 2023, para la celebración de la Navidad, Kate Middleton hizo su última aparición en público. Fue en Sandringham, junto a Guillermo, y en un acto protocolar. El 17 de enero de 2024 -menos de un mes después de ese acto-, desde Kensington anunciaron que la princesa estaba hospitalizada y para ser sometida a una “cirugía abdominal programada”. Fue el mismo día en que se anunció que el Rey Carlos III sería operado de la próstata, dos noticias que dieron que hablar -y mucho- sobre la Familia Real Británica.
En el mismo comunicado referido a Kate, además, se explicaba que la futura reina consorte de Inglaterra permanecería dos semanas en el hospital, y que luego continuaría recuperándose en casa. Además, se especificaba que no regresaría a la vida pública hasta después de Pascuas (el próximo domingo 31 de marzo).
Hasta allí, y más allá de algunos “runrunes” -sobre todo por la coincidencia en el día de los dos anuncios sobre la salud de los miembros de la Corona-, no había nada demasiado alarmante o llamativo. Tal vez, quizás, el silencio hermético de la Familia Real.
No obstante, el 27 de febrero, un “faltazo” sorpresivo del Príncipe Guillermo alimentó aún más esos rumores de sospechas, y echó más leña al fuego de las especulaciones.
El futuro rey de Inglaterra no asistió al funeral de Constantino de Grecia, su padrino, y siendo él mismo quien había organizado el acto. La cancelación de su presencia en el lugar fue sobre la hora, y alegó el clásico y conocido “motivos personales” como justificativo.
Esto reavivó los rumores y levantó nuevamente revuelo, por lo que el jueves 29 de febrero, desde la Corona británica salieron con una de esas aclaraciones que terminan oscureciendo: aclararon que la recuperación de Kate avanzaba sin contratiempos y de acuerdo a lo previsto. “Bien” fue la palabra que eligieron para definir la situación.
“La princesa de Gales estará fuera hasta después de Pascua y el Palacio de Kensington solo proporcionará actualizaciones cuando estas sean significativas. Esta guía se mantiene”, explicó uno vocero de la Familia Real en declaraciones al medio Page Six. Una confirmación reiterada de lo que ya se había dicho, pero con nulos detalles sobre el estado actualizado de la salud de la princesa.
LAS FOTOS DE KATE: ENTRE LO BORROSO Y LA IMAGEN QUE LA PRINCESA RECONOCIÓ HABER RETOCADO
Ya en marzo, el pasado lunes 4, se conoció la primera foto de Kate luego de la anunciada operación. En la foto, difundida y replicada en distintos medios, se veía a Middleton en el asiento de acompañante de un auto conducido por su madre.
Pero, al tratarse de una foto muy borrosa y de mala calidad -sobre todo por la distancia a la que había sido tomada-, no tardaron en surgir las dudas sobre si efectivamente era la princesa o no quien iba en el vehículo.
En medio del mar de dudas -cada vez más embravecido-, el Gobierno británico anunció el martes 5 de marzo que la princesa volvería a mostrarse en un acto público, y luego de Pascuas, tal como había sido anunciado cuando se comunicó sobre su intervención. En dicho anuncio, se confirmó que la esposa de Guillermo estaría presente en el Trooping The Colour, que se conmemorará el 8 de junio y es un desfile ceremonial con que se celebra en las calles londinenses el cumpleaños del Rey Carlos III.
Si bien el anuncio se condecía con lo que se esperaba, lo llamativo llegó un día después. Porque el miércoles 6 de marzo, y luego de haber sido confirmada por el Gobierno, en la página web del Ministerio de Defensa británico ya no figuraba en la agenda la presencia de Kate en el desfile. Una vez más las dudas: ¿estará o no estará Kate en el desfile de cumpleaños de su suegro?
Pero el escándalo más resonante se dio el domingo último, 10 de marzo. En la cuenta de Instagram oficial del Príncipe y la Princesa de Gales, los príncipes subieron una foto suya con sus dos hijos.
“Gracias a todos por sus buenos deseos y por el apoyo constante durante los últimos dos meses. Les deseo a todos un feliz Día de la Madre”, se lee en un posteo de la cuenta oficial de los príncipes. Y, a modo de firma, al final de la publicación se lee “El Príncipe de Gales, 2024″.
El tema es que, tal como figura en la publicación, no se aclara si la foto es de antes o después de la operación. Simplemente se indica que la foto es de 2024. Pero no queda allí la polémica, ya que a los pocos minutos de haber sido publicada la foto, se instalaron rumores de que la foto había sido retocada digitalmente y que no era 100% auténtica.
La misma red social Instagram incluyó un aviso que confirma a quienes ven la foto que ha sido “manipulada”.
“Foto manipulada. Verificadores de información ya han revisado la misma foto alterada en otra publicación. Es posible que haya pequeñas diferencias. Verificadores de información independientes afirman que la foto o imagen se ha editado de forma que podría engañar a las personas, pero no porque se haya mostrado fuera de contexto”, se aclara en la imagen, aún disponible en la cuenta @princeandprincessofwales
La presión pública y mediática también fue en aumento, tanto que la propia princesa Kate se vio en la obligación de explicar que ella misma había editado la foto. Y pedir disculpas.
Además, el lunes último -11 de marzo-, el medio británico Daily Mail publicó una nueva foto de la princesa (o supuestamente de ella), acompañada por su esposo, Guillermo, y mientras se trasladaban en el asiento trasero de un auto. Una vez más, la poca claridad y nitidez de la imagen no hizo más que sembrar dudas y ampliar el misterio.
Porque Kate (o la supuesta princesa Kate) aparece de espaldas y, sumado al episodio con la foto del perfil de Instagram oficial, una vez más no se descarta que la foto haya sido manipulada, retocada. O que, incluso, no sea actual.
Mientras tanto, entre tantas dudas, misterio e incertidumbre, la pregunta sigue siendo una sola: ¿qué le ocurre a la princesa Kate?