El periodista Jorge Pizarro fue retenido esta mañana en el aeropuerto de Caracas luego de arribar a Venezuela con el objetivo de cubrir las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo domingo 28 de julio.
Pizarro, enviado especial de Radio Rivadavia del Grupo Alpha para la cobertura, compartió su experiencia sentado desde un café del aeropuerto: “Una persona me dijo que por no cumplir los requisitos para el ingreso al país, me van a deportar. Estoy en la oficina de Copa esperando un vuelo porque no sé qué trámites hicieron porque no me pidieron el pasaje y se supone que en ese vuelo me van a subir”.
“Estoy en una cafetería a la que vine para tener señal de Wifi, estoy rodeado de tres agentes de migraciones uniformados, ellos están en otra mesa y me tienen que acompañar si quiero ir al baño”, indicó.
Pizarro describió el proceso de interrogación: “Me interrogaron unas diez veces, básicamente con las mismas ocho preguntas, también me sacaron 14 fotos en escenarios distintos, me retuvieron el pasaporte, me llevaron a una oficina de aislamiento y deportación, y me hicieron grabar un video”.
En diálogo con Marcelo Longobardi, Pizarro relató: “Cerca de las 2.30 de la mañana, tuvimos una dificultad y tuvimos que estar una hora dentro del avión porque había un problema. Luego hicimos la fila de Migraciones, había una persona que hacía la visualización del pasaporte y, cuando vieron el mío que era argentino, me llamaron aparte”.
El periodista señaló que, inicialmente, pensó que se trataba de una cuestión de rutina. Sin embargo, una oficial con un escudo del Ministerio Público Popular comenzó a interrogarlo sin explicarle los motivos. “Luego me pasó a otra persona de civil que me volvió a hacer, inexplicablemente, casi el mismo interrogatorio y después me atendió un oficial superior que me volvió a hacer las mismas preguntas”, indicó Pizarro.
Al intentar cuestionar la repetición constante de preguntas, Pizarro comentó: “Cuando osé decirle por qué me preguntaban siempre lo mismo si contesté siempre igual porque eran preguntas como ¿a qué viene? ¿por qué viene? ¿dónde trabaja usted en Buenos Aires?, solo por haberle preguntado eso, casi me pone preso y dijo que las preguntas las hacía él y yo no podía responder nada excepto lo que él me dijera. Ahí entendí lo que estaba pasando”.