Tras 24 años de régimen de Bachar al Asad, Siria enfrenta un cambio histórico. Mohamed al Bashir, un político islamista de 40 años, fue designado por los rebeldes como líder de transición para encabezar el futuro del país hasta marzo del 2025. El nombramiento fue impulsado por Ahmed al Charaa, conocido como Abu Mohamed al Jolani, líder del grupo islamista que lideró la ofensiva insurgente, y el ex primer ministro sirio Mohamed Ghazi al Jalali.
QUIÉN ES MOHAMED AL BASHIR
Nacido en 1983 en Jabal Zawiya, en el noroeste de Siria, Al Bashir se graduó en Ingeniería Eléctrica y Electrónica por la Universidad de Alepo en 2007 y posteriormente estudió Sharía (ley islámica) en la Universidad de Idlib. Antes de involucrarse en la política, trabajó en la Compañía Siria de Gas como jefe del departamento de instrumentos de precisión y obtuvo certificaciones en inglés avanzado, gestión de proyectos y planificación administrativa.
Su incursión en la política comenzó con las revueltas populares de 2011 contra el régimen de Al Asad, que se extendieron por todo el país en el contexto de la Primavera Árabe. En enero de 2024, fue nombrado jefe del Gobierno de Salvación, una administración vinculada al grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) que opera principalmente en Idlib, la región de la que es oriundo y principal bastión opositor.
QUÉ ES EL GOBIERNO DE SALVACIÓN
Creado en 2017, el Gobierno de Salvación funciona como una administración alternativa en las zonas fuera del control de Damasco. Con ministerios, autoridades judiciales y de seguridad, su objetivo inicial fue brindar servicios básicos a las comunidades que no podían acceder a las instituciones del Gobierno central. Durante su gestión como jefe de esta administración, Al Bashir se centró en modernizar Idlib y atender las necesidades de unos tres millones de habitantes, muchos de ellos desplazados y víctimas de los bombardeos rusos y del ejército sirio.
No obstante, Al Bashir se tuvo que enfrentar a varios problemas durante su cargo como jefe del Gobierno de Salvación.
En febrero de 2024, protestas masivas en Idlib demandaron la caída de Al Jolani, reformas económicas y el fin de las violaciones de derechos humanos atribuidas a las unidades de seguridad de HTS. Estas manifestaciones, que continuaron durante meses, fueron reprimidas con violencia, incluyendo arrestos masivos y el uso de gases lacrimógenos, según un informe de la ONU de septiembre de 2024.
En un intento de apaciguar las tensiones, Al Bashir emitió un decreto de amnistía general para algunos prisioneros, aunque las críticas sobre la influencia de HTS en las decisiones gubernamentales persisten.