Era la época más difícil de Chile de los últimos años. Las calles de Santiago estaban colmadas de manifestantes que exigían mejoras en educación, economía y salud. En la marea roja, un hombre empezó a viralizarse por su reclamo plasmado en un cartel: “No lucho contra el cáncer, lucho para pagar la quimio. Salud digna para Chile”. Se trata de Rodrigo Rojas Vade, hoy ya convertido en vicepresidente de la Convención Constituyente por el voto popular. Sin embargo, el político chileno reveló en las últimas horas que nunca tuvo cáncer. Que su historia no era tal y que mintió a la ciudadanía por años.
En una entrevista para La Tercera, Rojas Vade declaró: “Sí, poh. Efectivamente, mi enfermedad de base no es cáncer, como ya les habían confirmado otras personas”.
Del “cáncer” al estallido y la Convención: la historia de Rodrigo Rojas Vade
En pocos años, Rojas Vade pasó de ser un manifestante anónimo en la plaza Baquedano a uno de los vicepresidentes de la constituyente. Todo, sobre la base de su historia: una lucha contra el cáncer que lo quebró económicamente y que exponía las desigualdades del sistema. La empatía que generó lo llevó a la popularidad. Hoy, su propia mentira se cayó.
Así lo expresó él mismo en una entrevista para el diario La Tercera: “Se supone... Es que... Mira, no. Es que... No, no tengo”.
-¿Le mentiste a la gente?
-Es complicado.
-¿Les mentiste a tus votantes?
-(Asiente). Sí, poh. Efectivamente, mi enfermedad de base no es cáncer, como ya les habían confirmado otras personas.
-¿Les pedirías perdón a tus votantes?
-Sí. Siento que me tengo que retirar. No tengo nada más que hacer en la Convención.
Incluso, para anticiparse a la publicación en la prensa este domingo, Rojas Vade subió un video a su cuenta de Instagram, ese mismo lugar mostraba el día a día de su lucha contra el “cáncer”. Allí dijo: “Cuando tenía 29 años, me notificaron que padecía de una enfermedad discriminada en este país, en ese momento se me cayó el mundo, pensé que mis seres queridos me iban a rechazar, sentí mucha vergüenza y dolor”.
“Les quiero pedir perdón, al mismo tiempo que intento perdonarme a mí por todo el engaño que he sostenido durante todos estos años”, declaró.
La revelación generó gran impacto en el ambiente político y social de Chile, con indignación.
¿Qué pasó realmente con Rodrigo Rojas Vade?
Era 2012 y Rodrigo Rojas Vade, un exalumno de un colegio en La Florida que, por falta de recursos, no había podido terminar la carrera de Teatro en la Universidad Mayor, trabajaba como operador de vuelos para una aerolínea comercial chilena. En algún momento comenzó a sentir dolores gástricos. Y eso, según su historia, lo llevó al médico.
Tras visitar a varios médicos y especialistas, Rojas Vade afrontó distintos tratamientos.
Desde entonces, el hombre detalló tanto en la prensa como en las redes sociales sobre una leucemia linfocítica aguda mixta. Se trata de una enfermedad que afecta la sangre y la médula ósea, además de ser uno de los cánceres más graves que existen, según advierten oncólogos. De allí que sorprenda que Rodrigo Rojas Vade haya sobrevivido tantos años sin tratamiento (tal como él afirmaba).
Rodrigo, exempleado de una aerolínea en Chile, nunca quiso contarle a nadie de su familia sobre esta enfermedad que, según él, padecía. Su padre, Gabriel Rojas (63), dice que su hijo se demoró tres años en abrirse con su familia. Aunque Rodrigo difiere; sostiene que sólo se demoró uno. Otro de los que se enteraron más tarde fue Claudio Castillo (39), ingeniero ambiental y pareja de Rojas hasta el día de hoy.
Cuando en 2019 se hizo un icono del estallido social (cabeza rapada, delgado, incluso con catéter al descubierto), Rodrigo Rojas Vade afirmó entonces que hacía una pausa de sus tratamientos, entre ellos de quimioterapia, para participar del momento histórico del país vecino.
En sus reclamos, el hombre advertía sobe los distintos problemas que existen en Chile en el sistema de salud, en especial, para su presunto cáncer. Aunque en la atención pública no existe registro de que Rojas Vade haya sido atendido por esa enfermedad.
Con el impulso y apoyo popular, Rojas Vade tiempo después formó parte de la Lista del Pueblo, un grupo heterogéneo de personas desconocidas entre sí pero unidas por las ganas de cambiar Chile, y que sorprendió a los partidos tradicionales de izquierda y derecha. Tras su triunfo en los comicios, Rojas Vade empezó a desempeñarse como vicepresidente adjunto de la Convención Constitucional de la República de Chile. Un total de 19.312 personas confiaron en él y su historia dentro de las urnas. Ahora, él analiza dejar su rol por la mentira que creó.
Durante meses, Rojas Vade habló de distintos problemas financieros, de tratamientos que el sistema de salud no le cubría, de viajes... Pero ya como autoridad electa, tuvo que realizar su declaración de intereses. En ella sinceró que tenía una deuda de 27 millones de pesos chilenos con el banco Scotiabank. La razón que dio en el documento público era “deuda bancaria corresponde a financiamiento de tratamiento quimioterapéutico contra el cáncer”.
Mientras avanza la indignación en Chile, estas fueron las palabras de Rojas Vade en medio del escándalo: “Hoy quiero ser honesto, transparente y hacerme cargo de las consecuencias”.