Líderes internacionales condenaron el ataque de la Policía de Ecuador a la embajada mexicana para detener a un ex vicepresidente que había recibido asilo político.
Tras el incidente, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, rompió las relaciones diplomáticas con Ecuador, mientras que la secretaría mexicana de Exteriores dijo que llevaría el suceso ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
La Policía se abrió paso por las puertas exteriores de la embajada en Quito para detener a Jorge Glas, que residía allí desde diciembre. Había pedido asilo tras ser acusado de cargos de corrupción, una protección que había obtenido unas horas antes, informó la agencia de noticias AP.
El asalto fue condenado de forma generalizada. La Organización de Estados Americanos (OEA) recordó en un comunicado a sus miembros, que incluyen a Ecuador y México, su obligación de “no invocar normas de derecho interno para justificar el incumplimiento de sus obligaciones internacionales”.
Por su parte, el Ministerio español de Exteriores indicó en un comunicado el domingo que “la entrada por la fuerza en la Embajada de México en Quito supone una violación de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961. Hacemos un llamamiento al respeto del derecho internacional y a la concordia entre México y Ecuador, países hermanos de España y miembros de la Comunidad Iberoamericana”.
El vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, dijo que “Estados Unidos condena cualquier violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y se toma muy en serio la obligación de los países anfitriones, según el derecho internacional, de respetar la inviolabilidad de las delegaciones diplomáticas”. Pidió que los dos países resolvieran sus diferencias.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, repudió y calificó al hecho como “un acto intolerable para la comunidad internacional” y una “violación a la soberanía del Estado mexicano y al derecho internacional” porque “ignora el histórico y fundamental derecho al asilo”.
Los recintos diplomáticos están considerados como territorio extranjero, son “inviolables” según los tratados de Viena y las fuerzas de seguridad del país anfitrión no están autorizadas a entrar sin permiso del embajador. Personas que han buscado asilo han vivido días y hasta años en embajadas de todo el mundo, incluida la de Ecuador en Londres, que albergó al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, durante siete años sin que la policía británica pudiera ingresar para arrestarlo.