Un insólito caso en la ciudad rusa de Perm ha captado la atención de los amantes de los animales: un gato de 17 kilos llamado Kroshik ha sido rescatado tras sufrir las consecuencias de una sobrealimentación que lo dejó inmovilizado. El felino, que vivía en el sótano de un hospital, fue alimentado durante años con una dieta desequilibrada a base de sopa, galletas y carne, lo que lo llevó a un estado de obesidad extrema.
El refugio Matroskin, que ahora se encarga de su cuidado, ha lanzado una advertencia sobre los peligros de la “sobreprotección” en las mascotas, un fenómeno que, en el caso de Kroshik, casi resultó fatal. Según los voluntarios del refugio, los anteriores dueños del gato lo llenaban de comida como una expresión de afecto, sin darse cuenta del daño que le estaban causando. El resultado fue un felino incapaz de moverse, con problemas articulares graves y una salud en declive.
Un desafío médico y logístico
El estado de salud de Kroshik fue tan preocupante que los veterinarios no pudieron realizarle una ecografía convencional, ya que su capa de grasa impedía el funcionamiento de los equipos. Ante este panorama, los especialistas del refugio han diseñado un plan riguroso para ayudar al gato a perder peso de manera segura. Se estima que Kroshik deberá bajar entre 70 y 150 gramos por semana, con el objetivo de alcanzar un peso saludable de entre 5 y 7 kilos.
El tratamiento incluye dieta controlada y una serie de ejercicios físicos diseñados específicamente para él. Además, los cuidadores están considerando el uso de una cinta de correr adaptada para mejorar su movilidad y fortalecer sus músculos, mientras Kroshik sigue bajo estricta vigilancia veterinaria.
El alto costo del rescate
El proceso de recuperación de Kroshik es largo y costoso. Los voluntarios del refugio Matroskin han informado que ya acumulan deudas por el tratamiento inicial del gato, que incluye pruebas médicas y procedimientos especializados, y el costo total de su rehabilitación asciende a más de 30.000 rublos (aproximadamente 330 dólares). Para cubrir estos gastos, el refugio ha hecho un llamamiento a la solidaridad, esperando que amantes de los animales y ciudadanos preocupados por la situación del gato contribuyan a financiar su recuperación.
Una segunda oportunidad
El caso de Kroshik ha puesto de manifiesto los riesgos del mal manejo de las dietas en las mascotas. El refugio espera que, con el tratamiento adecuado, Kroshik pueda recuperar su movilidad y vivir una vida plena y saludable. Para muchos, su historia es un recordatorio de que, a veces, el amor excesivo, si no es bien gestionado, puede tener consecuencias devastadoras.