El Servicio de Seguridad Federal (FSB) de Rusia anunció este martes que su Departamento de Investigación decidió archivar el caso penal que había abierto contra la empresa militar privada rusa Grupo Wagner por su presunta “rebelión armada”.
En un comunicado, el servicio recordó que el departamento había abierto un caso penal contra la empresa “el 23 de junio de 2023 en virtud del artículo 279 del Código Penal de Rusia” por “el hecho de una rebelión armada”.
Sin embargo, el servicio afirmó que “el 24 de junio de 2023 se estableció que sus participantes pusieron fin a las acciones”, cuyo objetivo era “cometer, directamente, un delito”. El servicio señaló que tomó la decisión “teniendo en cuenta esta y otras circunstancias relevantes para la investigación”, sin mencionar cuales fueron esas “otras circunstancias relevantes”.
Por su parte, el ministerio ruso de Defensa anunció que están en curso los “preparativos” para transferir al Ejército los equipamientos militares “pesados” de Wagner. Rusia da este paso después de que Vladimir Putin diera anoche tres salidas a los mercenarios que se sublevaron: regresar a sus casas, irse al exilio a Bielorrusia o firmar un contrato con el Ministerio de Defensa, aunque fuentes cercanas al ministerio aseguran que esta propuesta está dirigida sólo a los del grupo que no se sublevaron, ya que la traición en la guerra no se perdona.
Esto significa en la práctica el desmantelamiento de Wagner tal y como se lo conocía desde que se creó en 2014 a raíz del estallido del conflicto en el Donbás, en el este de Ucrania, al menos en la operativa dentro de los márgenes del territorio de Rusia.