El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el pasado viernes 10 de diciembre que sus aviones escoltaron a cinco aeronaves militares de Estados Unidos y Francia que sobrevolaban el mar Negro. En una nota de prensa, el Ministerio informó que las aeronaves de reconocimiento CL-600 Artemis y RC-135, de reabastecimiento aéreo КС-135 y cazabombarderos Rafale y Mirage sobrevolaron el espacio internacional del mar Negro el jueves.
El Ministerio dijo que, en respuesta, tres de sus cazas Su-27 interceptaron el convoy aéreo franco-estadounidense. “No se permitió la violación de las fronteras rusas. Los aviones de combate rusos volaron de acuerdo con las normas internacionales sobre el uso del espacio aéreo, sin cruzar rutas aéreas ni realizar acercamientos peligrosos hacia aviones pertenecientes a Estados extranjeros”, señaló el Ministerio. Tras la escolta, los aviones rusos regresaron a sus bases.
Ayer, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia dijo que un barco de la Marina ucraniana puso rumbo hacia el estrecho de Kerch y no cumplió con la solicitud de las autoridades rusas de que cambiara su rumbo. Por su parte, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksi Reznikov, dijo que el mar de Azov es un mar compartido y que ellos se encuentran en él de manera legal. “Es sorprendente que el servicio secreto ruso vea un barco de rescate como una amenaza”, dijo Reznikov.
Los presidentes ruso y estadounidense, Vladimir Putin y Joe Biden acordaron este martes en una videoconferencia designar representantes que abordarán el enfrentamiento entre Rusia y Europa. Según un comunicado de la Casa Blanca, Biden transmitió a Putin sus preocupaciones sobre la “escalada” de las tropas rusas cerca de la frontera con Ucrania y advirtió sobre las sanciones que su país y sus aliados estarían dispuestos a imponer si la situación empeora. En respuesta, Putin advirtió contra el “traspaso de la responsabilidad” a Rusia, al asegurar que es la OTAN la que participa en “intentos peligrosos para afianzarse en territorio ucraniano y desarrollar sus capacidades militares a lo largo de la frontera rusa”, indicó una declaración del Kremlin. Agregó que Rusia pidió “garantías confiables y legalmente vinculantes que descarten la eventualidad de la expansión hacia el este de la OTAN y el despliegue de sistemas de armas ofensivas en los países vecinos de Rusia”. Los dos líderes acordaron dar instrucciones a sus representantes para que participen en consultas significativas sobre estos asuntos delicados.
Las tensiones en curso por la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014 fueron exacerbadas recientemente por las acciones de los separatistas respaldados por Rusia en la región fronteriza de Donbás y la concentración militar rusa en la frontera con Ucrania. Los acuerdos de Minsk se firmaron para detener el conflicto entre los separatistas prorrusos y la administración de Kiev. Los acuerdos incluían un alto al fuego en la región y el intercambio de prisioneros, al tiempo que permitían a Ucrania adoptar una enmienda constitucional que le daría a Dombáss un estatus especial. Por otro lado, las fuerzas separatistas prorrusas se retirarían de la frontera entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, la implementación de los acuerdos se ha visto obstaculizada dado que las dos partes se acusan mutuamente de violar el alto al fuego.
