Moscú argumenta que se trata de una situación “artificial”. Rusia es solvente, pero las sanciones imposibilitan las transferencias en dólares. Hace pocas semanas, el Kremlin jugó a lo seguro: Vladimir Putin emitió un decreto presidencial que permitiría a las instituciones financieras liquidar pasivos en el exterior también en rublos, en lugar de hacerlo en la moneda extranjera respectiva. Eso es precisamente lo que ha sucedido, y ahora, la moneda rusa, respaldada por varias medidas del Kremlin, vuelve a subir a los niveles anteriores a la guerra en Ucrania.
Eso se debe a que el Ministerio ruso de Finanzas pagó el miércoles 6 de abril por primera vez su deuda externa en rublos en lugar de dólares. Se trata de pagos de eurobonos por casi 650 millones de dólares, el equivalente a unos 600 millones de euros. En realidad, esa suma debería haber sido pagada en dólares. El antecedente es que el banco corresponsal estadounidense responsable se negó a transferir el pago en la moneda estadounidense, otra medida de las sanciones contra Rusia.
“Los acreedores podrían interpretar eso como que Rusia no ha transferido el pago”, dice Alexander Libmann, del Instituto de Europa del Este de la Universidad Libre de Berlín, a medios alemanes. Sin embargo, eso no es lo mismo que caer en bancarrota, es decir, en un default por falta de pago. “El concepto de bancarrota implica que no se puede pagar debido a motivos estructurales. Pero eso no se aplica a Rusia, ya que las finanzas estatales de ese país eran relativamente estables antes de la guerra en Ucrania”. Pero el problema es que la estabilidad de las finanzas de Moscú, por el otro lado, no pueden interpretarse independientemente de las sanciones, añade.
En cualquier caso, el Gobierno de Moscú dice entender la falta de pago de la deuda en la moneda prevista de otro modo: el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, explicó que no hay ningún motivo para una bancarrota porque Rusia cuenta con todos los recursos necesarios para pagar su deuda externa. Lo que sucedió es que se han “congelado” importantes sumas de las reservas rusas de divisas, con lo cual están bloqueadas. Si esa situación continuase, Rusia se vería obligada a pasar al pago con rublos. Solo si esos pagos en rublos también fueran bloqueados se podría hablar de una “bancarrota artificial”.