El presidente de Rusia, Vladímir Putin, propuso este jueves formalmente a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, crear en Turquía un centro de distribución del gas ruso, lo que permitiría además crear una plataforma para regular los precios “exorbitantes”. Los jefes de Estado se reunieron cara a cara por cuarta vez en tres meses, con ocasión de la 6º cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de confianza en Asia (CICA) en Astaná, Kazajistán.
“Ayer en la Semana Energética, después de consultas con su ministro de Energía y el jefe de la empresa pública de oleoductos y transportación de petróleo Botas, acordamos con Gazprom estudiar la construcción de un sistema de gasoductos y la creación de un centro de gas en Turquía para su venta a países terceros, principalmente europeos, si hay interés”, señaló Putin en esta reunión bilateral.
El jefe del Kremlin sostuvo que, en el transcurso del trabajo de este centro gasístico Rusia y Turquía podrían crear juntos “una plataforma no solo para los suministros de gas, sino también para determinar los precios, porque este es un tema muy importante”.
El mandatario ruso recalcó que, en cuanto a los hidrocarburos rusos, incluido el gas, Turquía es la ruta “más fiable actualmente para el suministro a Europa” a través del gasoducto TurkStream. El TurkStream, tendido por el fondo del mar Negro, puede transportar hasta 31.500 millones de metros cúbicos de gas anualmente. Bulgaria, Grecia, Serbia, Rumanía, Hungría y Macedonia del Norte reciben suministros por esta vía.
La intención de Putin es desviar el tránsito de gas perdido por la ruta del mar Báltico por los gasoductos Nord Stream, deshabilitados total o parcialmente por fugas y el bloqueo de Alemania, a la región del mar Negro para crear en Turquía un centro de distribución para Europa, que está en pleno proceso para reducir su dependencia del combustible ruso.
El mandatario también afirmó que el mayor beneficiario de la crisis energética europea, provocada por las sanciones aplicadas a su gobierno y por los sabotajes a las redes de distribución de las últimas semanas, es EE.UU., quien está negociando vender sus propios recursos y también los de sus aliados y países a los que ha sancionado durante décadas, como es el caso de Venezuela con el petróleo.