La ciudad brasileña de San Pablo, la metrópoli más grande de Sudamérica, canceló hoy las fiestas del carnaval callejero previstas para febrero y marzo, en las cuales participan habitualmente unas 15 millones de personas, ante el avance de la variante Ómicron de coronavirus, anunció el intendente Ricardo Nunes.
La decisión se debe a que se han disparado las internaciones y consultas en las guardias de salas de primeros auxilios y hospitales a raíz de la expansión masiva de Ómicron y un brote de influenza, dos realidades que también se registran en otras ciudades brasileñas.
”Por cuenta de la situación epidemiológica está cancelado el Carnaval callejero de San Pablo”, dijo el alcalde Nunes.
Al igual que en Río, Nunes mantuvo la organización del desfile de escuelas de samba en el sambódromo, previsto para fines de febrero, aunque con protocolos similares a los estadios de fútbol.
Dependerá de las escuelas de samba (que funcionan como una suerte de clubes sociales barriales) adherir a los protocolos sanitarios, explicó el intendente paulista. Con la cancelación, los contratos publicitarios para el carnaval fueron suspendidos. El principal era el de 5 millones de dólares que iba a desembolsar la multinacional de la cerveza Ambev en San Pablo.
El secretario de Salud de la ciudad de San Pablo, Edson Aparecido, había informado que en 10 días crecieron 30% las internaciones por Covid-19 a raíz de la transmisión de la variante Ómicron, que ya es la dominante en Brasil, segundo país después de Estados Unidos en muertes y el tercero en casos, detrás de Estados Unidos e India.
En paralelo, en Río de Janeiro, el intendente Eduardo Paes informó que el 17 de enero iniciará la vacunación de niños entre 5 y 11 años, luego que el Ministerio de Salud anunciara el plan de distribución de vacunas Pfizer que deben llegar el próximo jueves.
En esa ciudad, el Gobierno ya había cancelado el carnaval callejero, la mayor fiesta popular de Brasil, por segundo año consecutivo por la pandemia. El antecedente más cercano hay que buscarlo hace más de un siglo.
En 1918, Río de Janeiro, por entonces capital del país, suspendió sus fiestas de carnaval a raíz de la pandemia de la llamada gripe española.