Los médicos residentes de Inglaterra, conocidos como “junior doctors”, iniciaron este miércoles una huelga histórica de seis días, la más larga desde la fundación del Sistema Nacional de Salud (NHS) en 1948, para demandar mejoras salariales por encima de lo propuesto por el gobierno.
La oferta oficial de un aumento salarial del 8,8% es considerada insuficiente frente a la pérdida de poder adquisitivo desde 2008. Afectando a unos 70.000 profesionales en Inglaterra, este reclamo tendrá un gran impacto en los servicios de salud, que han profundizado su crisis luego de la pandemia de Covd-19.
Esta medida de presión se suma a las múltiples huelgas ya realizadas en 2023, incluyendo paros laborales de 28 días y una huelga de tres días antes de Navidad, después de que fracasaran las negociaciones con el gobierno conservador del Reino Unido.
A los “junior doctors” se les ofreció una subida del 3%, además del incremento del 8,8% ya concedido hace unos meses pero, según el sindicato British Medical Association (BMA), estas propuestas no son suficientes para hacer frente al aumento del coste de vida en Reino Unido. El BMA, que representa a aproximadamente 46.000 de estos médicos, afirma que sus salarios han disminuido casi una cuarta parte desde 2008.
La ministra de Sanidad, Victoria Atkins, y el primer ministro Rishi Sunak han expresado su disposición a continuar las negociaciones, pero han enfatizado en la necesidad de poner fin a las huelgas para llegar a una solución justa. Sin embargo, el BMA sostiene que el gobierno no ha presentado una oferta salarial creíble.
El paro afectará sobre todo a las consultas programadas, muchas de las cuales han sido canceladas al concentrarse los efectivos en urgencias, en la que los directivos del NHS tildan como una de las semanas con más actividad prevista del año, después del periodo festivo.