Nicole Elkabbas es una estafadora que fingió padecer de cáncer y organizó una colecta a través de internet para poder costear su tratamiento, sin embargo, se gastó todo el dinero de las donaciones en lujosos viajes y en el financiamiento de su problema de ludopatía (adicción al juego). La historia generó repudio y la mujer fue condenada a pasar dos años y nueve meses en prisión, además de devolver una nimia cantidad de dinero.
La farsa de Elkabbas comenzó hace casi cinco años. En aquel momento, la mujer -que hoy tiene 44 años y vive en Broadstairs, Kent, Gran Bretaña- publicó un pedido de ayuda online.
En él, aseguraba que necesitaba dinero para su tratamiento de cáncer de ovario.
Con los ojos cerrados, el ceño fruncido -aparentemente- por el dolor, la joven de contextura delgada se veía acostada entre las sábanas blancas de la cama del hospital, daba la imagen de una vulnerabilidad absoluta, describe el Daily Mail al abordar el tema.
La foto, que fue publicada online, dejó en claro que se trataba de alguien que necesitaba ayuda desesperadamente.
En aquel entonces, contaba, se había sometido a tres cirugías y seis sesiones de quimioterapia y necesitaba dinero con urgencia para pagar un medicamento innovador que se producía en España. Esa era “la única forma en que podía salvarse”, explicó.
Descripta como una “hija hermosa” y una “madre amorosa”, esta ex gerenta de Harrods pidió asistencia en GoFundMe, el popular sitio de recaudación de fondos.
Y fue convincente. Tanto, que más de 600 personas, amigos y desconocidos, donaron sumas que van desde unos pocos dólares hasta miles, sostiene el medio.
Rápidamente, el valor recolectado ascendió a más de 55.000 dólares, una cantidad que, pensaron los donantes, se iba a destinar a financiar el tratamiento especializado en España. Excepto que, como ahora saben esos generosos aportantes, Nicole no padecía cáncer.
Los detalles sobre la terapia innovadora y los innumerables viajes para el tratamiento no eran más que una ficción destinada a financiar su adicción al juego y sus lujosos gustos.
La foto sí era de ella. Pero sólo se estaba recuperado en un hospital privado de una cirugía comparativamente menor para extirparle la vesícula.
La estafa salió a la luz y la condenaron
Los detalles del engaño quedaron al descubierto ahora y, tras pasar por un juicio, esta madre soltera deberá pasar dos años y nueve meses en prisión.
Mark Weekes, el juez de la causa, afirmó que el engaño “astuto y manipulador” de Elkabbas era “insultante para aquellos que deben enfrentar genuina y valientemente la batalla contra el cáncer”, publicó el Daily Mail.
Es que mientras los usuarios se encontraban conmovidos por el caso, ella se dedicó a jugar y disfrutar de viajes de compras y lujos en Italia y España pagados por ellos.
La pregunta entonces es, ¿cómo se descubrió la trampa? Sucede que la noticia llegó a los médicos que la habían tratado en su ciudad natal.
Ellos no solo estaban seguros de que el hospital de la fotografía no estaba en España (por el empapelado que cubría las paredes), sino que uno de ellos era un ginecólogo que la había examinado y no encontró “ningún signo de cáncer de ovario”.
Él se puso en contacto con el Sindicato de Defensa Médica para pedir consejo y se le aconsejó que hablara con la Policía, indicó el medio.
Finalmente, en febrero del año pasado, la Justicia logró comprobar su red de mentiras: el médico español nunca fue encontrado y ella no presentó ningún documento que avalara que padecía la enfermedad.
Según The Sun, desde el arresto de la estafadora, los investigadores calcularon que ella recaudó a través de diferentes estrategias criminales un asombroso total de casi 450.000 dólares.
Pero, y acá viene lo que más indigna a los engañados, la mujer sólo tendrá que devolver poco más de 6 dólares en los próximos 28 días.
Esto se debe a que un tribunal dictaminó, en una audiencia de confiscación, que la estafadora no tiene activos ni ninguna “perspectiva realista” de devolver la suma total.
Una de las tantas víctimas del engaño aseguró sentirse “utilizada, traicionada, avergonzada, humillada y deprimida”. Un sentimiento que comparten muchos de los que, con su mejor intención, dieron su dinero para ayudarla.