Equipos de rescate se apresuran a encontrar sobrevivientes del poderoso terremoto que este sábado sacudió a Haití y dejó, al menos, 724 personas fallecidas y más de 2.800 heridos. También destrozó edificios de un país plagado de desastres que aún no se recuperó del sismo de 2010.
El sismo de magnitud 7,2 hizo temblar las casas y obligó a la población a buscar protección, y tuvo su epicentro a unos 160 km de la capital haitiana, Puerto Príncipe.
El terremoto provocó la muerte de, al menos, 724 personas, de acuerdo a las autoridades. Iglesias, negocios, escuelas y viviendas se derrumbaron y dejaron atrapadas a cientos de personas, de las cuales 2.800 resultaron heridas, dijeron autoridades haitianas.
Los equipos de rescate corrieron contrarreloj para encontrar sobrevivientes. El servicio de civil tuiteó que los esfuerzos de rescatistas profesionales y de numerosas personas “han llevado a que muchos hayan sido sacados de los escombros”. ”Muchas casas están destruidas, hay muertos y muchos están en el hospital” dijo Christella Saint Hilaire, que vive cerca del epicentro.
Hospitales en las regiones más afectadas ya enfrentaban dificultades para proveer atención de emergencia y al menos tres centros de salud en las localidades de Pestel, Corailles y Roseaux estaban totalmente abarrotados de pacientes, según Chandler.
”Las casas y los muros que las rodean se han derrumbado. El tejado de la catedral se derrumbó”, aseguró por su parte Job Joseph, residente de la ciudad de Jeremie, en el extremo occidental de Haití.
El ministerio de Salud envió rápidamente personal y medicinas a la península del sureste pero el arribo está condicionado por la inseguridad que campea en el país más pobre de América. El único camino que une a la capital con la zona sur del país pasa por Martissant, un área controlada desde junio por bandas armadas que bloquean el libre tránsito. ”Todos sabemos que tenemos un problema en Martissant”, admitió el primer ministro Ariel Henry a la prensa la noche del sábado. ”Decidimos que toda la ayuda pueda pasar” por las áreas afectadas, agregó y dijo que la policía y el ejército fueron movilizados para ello.
Países de América y Europa hicieron llegar a su pesar y disposición de socorrer a Haití. República Dominicana, que comparte con Haití la isla La Española, anunció el envío de 10.000 raciones de comida, equipamiento médico y material para prevenir el covid.
El presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó ayuda “inmediata” para el país caribeño. Los 253 médicos cubanos desplegados en Haití se desplazaron para atender heridos y adecuar un hospital de Puerto Príncipe hasta ahora utilizado para enfermos del covid-19, informó el jefe de esa brigada en la televisión cubana.
En Ecuador, el Cuerpo de Bomberos de Quito anunció que prepara el envío de 34 efectivos para tareas de búsqueda y rescate urbano, informó el organismo.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo haber ordenado ayuda inmediata para Haití.
España también tendió su mano. “Contáis con el apoyo de España para salir adelante tras este terrible suceso”, dijo a los haitianos el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
El gobierno declaró el estado de emergencia por un mes tras el desastre y el primer ministro Ariel Henry llamó a la nación a “mostrar solidaridad” y no entrar en pánico.
La larga sacudida inicial se sintió en gran parte del Caribe, incluso en Santiago de Cuba (a unos 300 km de Saint-Louis-du-Sud), donde muchos residentes salieron de sus hogares, según Radio Rebelde. El Servicio Geológico de Estados Unidos emitió una alerta de tsunami, previendo posibles olas de hasta tres metros a lo largo de la costa de Haití, pero poco después la levantó.
Los daños en la ciudad de Les Cayes parecen ser importantes, incluido el derrumbe de un hotel de varios pisos. Los residentes compartieron imágenes en sus redes sociales de las ruinas de edificios de hormigón, incluida una iglesia en la que aparentemente se estaba celebrando una ceremonia en la ciudad suroccidental de Les Anglais.
Un terremoto de magnitud 7 en enero de 2010 dejó gran parte de Puerto Príncipe y las ciudades cercanas en ruinas polvorientas. Causó la muerte de más de 200.000 personas y dejó otras 300.000 heridos. Más de un millón y medio de haitianos se quedaron sin hogar, dejando a las autoridades de la isla y a la comunidad humanitaria internacional ante un reto colosal en un país que carece de un registro de tierras y de códigos de construcción. Ese terremoto destruyó cientos de miles de viviendas, al igual que edificios administrativos y escuelas, así como 60% del sistema sanitario de Haití. La reconstrucción del hospital principal del país sigue incompleta, y las organizaciones no gubernamentales se han esforzado por suplir las numerosas deficiencias del Estado.
El terremoto se produce poco más de un mes después de que el presidente Jovenel Moise fue asesinado por un comando armado, lo que conmocionó a un país que lucha contra la pobreza, una creciente violencia de las bandas criminales y la pandemia de covid-19.