El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue capturado este martes 15 de febrero luego de que una corte en Estados Unidos emitiera una orden de extradición en su contra por cargos de narcotráfico. La captura se produce tan solo tres semanas después de que dejara su cargo como presidente y le entregara el poder a su sucesora Xiomara Castro.
Las fuerzas de seguridad de Honduras rodearon el vecindario de Hernández el lunes por la noche al conocerse las órdenes de arresto. El expresidente dijo que estaba dispuesto a colaborar con la Policía nacional y que se entregaría voluntariamente. ”No es un momento fácil, no se lo deseo a nadie”, dijo Hernández la madrugada del martes en un mensaje grabado desde su casa en Tegucigalpa. “Estoy listo y preparado para cooperar e ir voluntariamente”, sostuvo. Aunque alguna vez fue considerado uno de los principales aliados de Washington en Centroamérica durante la administración de Donald Trump, Hernández no contó con el apoyo de la administración de Joe Biden en medio de las acusaciones en su contra.
El expresidente es señalado de hacer parte de una trama de narcotráfico que ha traficado aproximadamente 500.000 kilogramos (551 toneladas) de cocaína desde 2004, según la solicitud de extradición. La Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa indicó que el expresidente “participó en una conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviados a Honduras desde Colombia y Venezuela, entre otros lugares”.
Hernández afirma que las acusaciones son parte de un plan de venganza en su contra. Este arresto se produjo días después de que el 27 de enero asumiera el nuevo gobierno de izquierda de Xiomara Castro.