Una joven escondió su gestación por temor a que sus padres la retaran y una vez que la criatura nació decidió congelarlo vivo para que nadie se enterara. Anastasia tiene 14 años y se justificó diciendo a la Justicia que reaccionó de esta forma por miedo ya que nadie sabía que la joven había estado embarazada.
Según informó el diario británico The Sun, cuando la policía llegó al lugar vio que la niña estaba “demasiado asustada” para decirles a sus padres que estaba embarazada, por lo que metió a la criatura en una bolsa de plástico y lo congeló hasta morir en el garaje de la familia.
Ni sus padres, ni sus profesores habían notado el embarazo de la adolescente. La funcionaria regional de Novosibirsk, Nadezhda Boltenko, detalló a 360TV que la madre de la niña había llamado a una ambulancia porque pensaba que la adolescente tenía apendicitis, ya que la veía dolorida y escuchaba gritos.
Anastasia dio a luz sola, perdió mucha sangre y tuvo fuerzas para levantarse, tomar una bolsa de plástico, esconder al bebé, ir al garaje y meterlo dentro de un congelador.
Cuando llegó la ambulancia a la casa familiar en la aldea de Verkh-Tula, cerca de la ciudad de Novosibirsk, la joven confesó a los médicos lo ocurrido, pero ya era tarde. El bebé estaba muerto. Sin embargo, ella quedó internada en un hospital en una “condición grave” confirmaron las autoridades.
Los investigadores calificaron el caso de “terrible” y tratan de encontrar pruebas que aporten algo de luz. Supuestamente nadie se había dado cuenta de su estado pero una vecina declaró que le preguntó a su madre si la niña estaba embarazada y ella le dijo que “había ganado algo de peso”.
Anastasia Kuleshova, una funcionaria del Comité de Investigación de Rusia, dijo que “todas las circunstancias de la muerte del bebé” están siendo revisadas por los detectives.
Lo que en principio quedó descartado es que el embarazo haya sido forzado porque supuestamente el padre es un joven de 16 años con el que Anastasia tuvo una relación que terminó en el verano.
La tasa de embarazos de adolescentes en Rusia y Estados Unidos se encuentra entre las más altas de los países desarrollados del mundo.