Una indignante historia se volvió viral en las últimas horas. El protagonista de la misma es un hombre de 78 años que no fue atendido en un bar de Inglaterra por no poseer un smartphone para realizar el pedido en el local.
David Walters había enviudado hacía penas dos años luego de décadas de matrimonio. Y cuando todavía no se acostumbraba a su viudez, la pandemia del coronavirus y su consiguiente cuarentena lo encerraron y la soledad que ya lo aquejaba se hizo aún más dura de soportar.
Pero lo hizo, durante meses estuvo aislado en su casa. Solo. A su edad avanzada sabía que se tenía que cuidar, que por su edad forma parte del grupo de riesgo, que el virus se las agarra más con ellos que con los otros grupos etários.
Le costó muchísimo, lo sufrió. Por eso, cuando las medidas del encierro en el Reino Unido se hicieron más flexibles, David salió entusiasmado a la calle y se dirigió raudo a un bar a tomar una cerveza rodeado de gente joven, lo necesitaba, lo añoraba desde hacía meses.
Pero entonces, ocurrió lo insólito: el pub donde había ido no lo quiso atender porque no tenía un teléfono inteligente. Y eso lo devastó. Pensó que ya era muy viejo para esas cosas y por eso lo echaban.
Sucede que entre las nuevas medidas que implementó el gobierno luego del encierro, una es que todos los ciudadanos deben registrarse a través de una aplicación de celular y luego hacer el pedido de lo que quiere comprar a través de otra aplicación del bar.
El caso tomó estado público luego de que David hablara con The Daily Telegraph: “Ya ha sido bastante malo que me dejaran de lado, y me prohibieran ver a nadie durante meses porque se me considera extremadamente vulnerable”.
“Esta iba a ser la primera vez que podía salir. Pensé que era terrible. Las personas mayores como yo no tenemos este conocimiento informático porque no nos criaron con las computadoras”, agregó un apesadumbrado David.
“Pensé que era realmente un problema de edad, porque deberían saber que las personas de mi edad no pueden usar este equipo sofisticado”, añadió.
El bar, que se llama The Angel Of Corbridge, al enterarse del revuelo del caso, salió a pedir disculpas al hombre por recharzarlo y añadió que hará las paces con David ofreciendoles bebidas gratis. “A pesar de seguir las pautas, cometimos un error y lo sentimos”, publicaron en su perfil de Facebook.
“No estamos discriminando a las personas mayores ni a los jóvenes, simplemente parece que si las personas no tienen un teléfono inteligente, no les conviene”, sostuvo el gerente Kevin Laing.
Sin embargo, la guía oficial del gobierno para los registros de prueba y rastreo dice que los lugares “deben asegurarse de que haya un método de registro que no dependa de que el cliente use un teléfono inteligente ... para no excluir digitalmente a las personas sin acceso a estas tecnologías”.
“Todos son bienvenidos en The Angel. Nos disculparemos personalmente con David y lo invitaremos a tomar algo en la casa “, añadió Laing.