Un devastador alud de tierra dejó al menos ocho personas muertas y una veintena de desaparecidos en la carretera que conecta Bogotá con el sureste de Colombia, en el municipio de Puente Quetame, departamento de Cundinamarca. Los organismos de emergencia están trabajando incansablemente en la búsqueda y rescate de las víctimas afectadas por este trágico suceso.
Las intensas lluvias registradas en la zona provocaron un deslizamiento de tierra cerca de un puesto de peaje, a unos 60 kilómetros de Bogotá. Las imágenes divulgadas por medios locales muestran grandes piedras y lodo obstruyendo la vía entre Bogotá y Villavicencio, uno de los principales corredores de carga del país. Varios vehículos quedaron atrapados entre el barro y la carretera permanece cerrada debido a la magnitud del deslizamiento.
El coronel Jorge Díaz, director local de la Defensa Civil, informó sobre la tragedia: “Tenemos seis personas fallecidas en estos momentos. Dos menores y cuatro adultos. La comunidad nos acaba de informar que hay dos cuerpos más que están prácticamente sepultados”. Además, el cuerpo de bomberos de Cundinamarca reportó que hay al menos 20 personas desaparecidas.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, expresó sus condolencias a las familias afectadas en Twitter y destacó la necesidad de ordenar el territorio para evitar tragedias similares en el futuro. Por su parte, el alcalde del municipio lamentó las pérdidas humanas y las devastadoras consecuencias para las familias afectadas.
Los equipos de rescate trabajan arduamente en la búsqueda de sobrevivientes, evacuando a una cuarentena de personas, seis de las cuales fueron llevadas a centros médicos con heridas. Sin embargo, las condiciones del terreno complican las labores de búsqueda y rescate, ya que el lodo alcanza alturas de hasta dos metros en algunos sectores.
La temporada de lluvias en Colombia, que comenzó en junio y se extiende hasta noviembre, ha provocado diversas tragedias y desastres naturales en el pasado. El año pasado, las fuertes precipitaciones dejaron alrededor de 300 muertos y 700,000 afectados, incluyendo el trágico incidente en el que 34 personas murieron cuando el autobús en el que viajaban quedó sepultado bajo un alud en el occidente del país.
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